DEPURACIÓN DE LA BUROCRACIA

DEPURACIÓN DE LA BUROCRACIA

En el Ministerio de Finanzas se realizó la evaluación de personal y de acuerdo a los resultados de la misma, se ha notificado a 150 empleados que no alcanzaron la calificación necesaria para continuar en sus puestos de trabajo; y como ya es costumbre en el país los supuestos defensores de los trabajadores y de la patria, han levantado su voz de protesta por el “injustificado” despido.

Y entonces,  cabe preguntar, ¿para que el ingente gasto en el proceso continuo de evaluación y capacitación a los servidores públicos?, si no se puede tomar decisiones como estas, que si bien es cierto afectan  la estabilidad económica, social y laboral de 150 hogares, pero en cambio benefician a la mayoría de los ecuatorianos que estamos pagando el salario de dichos servidores y que además somos las victimas permanentes de los abusos, atracos y negligencia de estos malos servidores.

Desde esta tribuna, aplaudimos las acciones positivas del régimen, como esta, ya que implica un cambio real en el sistema de gobierno, pues, que pena que haya que dar paso a estas dolorosas acciones, pero, como decían nuestras abuelas comadronas, todo parto trae dolor,  y dialécticamente, la transformación implica superar viejas prácticas para dar luz a las nuevas actitudes y capacidades; indudablemente, quienes no desean capacitarse para brindar y mejorar el servicio a la colectividad, deben irremediablemente retirarse a ejercer otro tipo de actividad donde la afectada final no sea la masa de ecuatorianos más vulnerables que debemos asistir cotidianamente a recibir el despotismo de muchos empleados públicos.

Es de esperar que esta acción no sea la única, que no se detenga ahí, el proceso de depuración de los servidores públicos, ya que hay muchos huesos enquistados en la burocracia que causan un profundo daño al país y al proyecto de gobierno propuesto, si no, veamos con más atención el tristemente célebre papel que juegan muchos altos y medios empleados especialmente de los ministerios de salud y educación, donde la corrupción parece tener pasaporte vitalicio para permanecer impoluta e intocable.

Fredy Torres A.

30/06/2011.

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