ES MI VIDA, ¡SOY LIBRE DE VIVIRLA COMO QUIERO!


ES MI VIDA, ¡SOY LIBRE DE VIVIRLA COMO QUIERO!
¿Es verdad?

Es una frase escuchada con frecuencia, acompañada de  profundos razonamientos como cada uno vive su vida como puede, todos tenemos derecho a vivir nuestra vida, como mejor podamos y por ello no somos culpables de lo que a los demás les suceda. Cada quien es el responsable absoluto de su vida, si hace bien las cosas seguramente le irá bien, si es vago o cojudo pues tendrá como recompensa el fracaso, como mucha gente, que si vive mal es por su ignorancia, por sus creencias o porque carecen de fuerzas para luchar y ganar. ¿Será verdad? ¿Se puede dudar de estas verdades absolutas?
Atrévete a profundizar un poquito en estas afirmaciones, en las siguientes líneas.
Que fácil resulta seguir la corriente, que fácil ser como todos los demás, fijar en el horizonte próximo y lejano, los mismos sueños, que consideramos son los de todos.
Adquirir bienes materiales, y con ellos capacidad de consumir todo cuanto nos imaginamos y lo que aún ni siquiera somos capaces de imaginar y menos saber que existe, las comidas más caras, los autos más lujosos la atención  supra selecta, los caprichos y fantasías más  exóticas  que aún ni siquiera podemos imaginar o soñar.
Y junto a esta  prodiga capacidad de consumo estará añadido por supuesto, el poder ya sea ejercido personalmente,   o, a través,  de alguien a quien podamos comprar, manipular o simplemente  mandar, y regodearnos entonces con la exquisita sensación de ser  extremadamente poderosos, dueños del mundo  o al menos de una gran porción de él.
Siempre estamos pensando en actitud competitiva, ser más, ser mejores, decimos por nosotros, por nuestros hijos, en fin justificaciones nos sobran, y estamos pensando en ser mejor que mi amigo, que mi compañero, que mi hermano, hermana, etc.  Teniendo siempre como sinónimo de mejor inequívocamente, la capacidad de consumir, de acumular y de poder indiscutiblemente.
En ese contexto debo de vestir siempre la ropa de mejor marca, aunque no siempre corresponda a mi estilo y necesidades, dar a mis hijos los mejores juguetes, sin importar el efecto que  puedan tener, llevar a mis niños a la escuela más cara y “distinguida”, sin considerar si es o no la más adecuada en cuanto a metodología  educativa, tener el mejor carro, aspirando a dar de mi una imagen de poder dibujada a través de la capacidad de consumo; entonces los demás dirán, ¡caramba esa persona está muy bien!, ¡tiene éxito en la vida!, ¡supo hacer las cosas!, ¡ahí lo ven! ¡ahora tiene la recompensa de su esfuerzo y sacrificio!. ¡Dios lo ayudo!.
Os aseguro que esta reflexión no es producto de la pasión por escribir, ni tampoco del afán de amargaros su esplendida vida, con  inicuos pensamientos  propios de perdedores y rezagados como  seguramente muchos lo afirmaran. 
Es solo la visión descarnada de la miopía  que el sistema imperante ha  impuesto a las grandes masas a través de sus poderosos difusores de  ideologías, de esas fábricas de mentiras  y realidades ficticias  que son los medios de comunicación, que   mediante burdas representaciones simbólicas de la realidad ha generado estereotipos de éxito y triunfo individual en extremo egoístas y desligados de la realidad social, cuyo resultado final es la construcción de una sociedad piramidal cruel e inclemente en la que en un supremo afán por ser el mejor  debo ascender, sin importar los medios, lo importante es llegar, nadie pregunta cómo, y cualquier incomodidad que surja en la respuesta se la ahoga con el privilegio del consumo y el poder.
Lo que no queremos observar de esta forma de vida es que somos parte,  a veces  sin siquiera percatarnos, de un sistema que oprime y despoja a los más, para concentrar en los menos. Si el objetivo es subir  a como dé lugar, lo más común es que para subir antes que el otro debo obstaculizar e impedir el ascenso de los demás, por que lógicamente en la cumbre no caben todos, solo muy pocos, entonces , nuestra acción cotidiana es un canibalismo, agresivo en el que siempre el fracaso  y desgracia de otro será nuestro éxito, otros que por desgracia siempre se multiplicarán, porque cada vez necesitamos más éxitos, más recursos, más poder, somos parte de una vorágine imposible de detener, ajena a nuestra propia voluntad, porque si nos detenemos, seremos entonces los fracasados, los restos sobre los que otros suben para ser mejores y más poderosos.
En este agitado mar por ser siempre los mejores y tener siempre más, nunca tenemos espacio para vivir, para compartir, para sentir, para  valorar las virtudes auténticas de las personas que nos rodean, desconocemos la  solidaridad como práctica cotidiana, porque nuestra acción y pensamiento son estructuralmente contrapuestos a ella, siempre vemos las desgracias como castigo, descuido, o producto  de la mala administración que otros hacen, nos conmueven los niños con hambre de Somalia, nos impacta y aterra  la violencia en las calles, la delincuencia, el asesinato, la violación y el secuestro de que están saturados los noticieros y  el día a día de las grandes ciudades, pero nunca se nos ocurre verlos y entenderlos como un producto directo de ese  sueño  por cuya realización luchamos diariamente, nunca asumimos nuestro papel de  actores o cómplices, y en muchas ocasiones muy activos,  de esta lacerante realidad. Nos duele como a los que más  y no puede ser de otra manera ser víctimas de esa violencia  desatada y clamamos por justicia, y muchas veces por venganza, pero seguimos  impulsando y fortaleciendo una espiral de violencia, despojo y discriminación a todo lo diferente, que no se adapta a nuestra restringida visión mono cultural.
Siempre nos quedamos  en la realidad evidente, nunca  orientamos nuestros esfuerzos hacia  un análisis serio  sobre antecedentes y consecuentes, sobre causas y efectos, que explique  la debacle de la sociedad de la que somos parte. ¿Será quizá, porque nos hemos acostumbrado a que otro nos dé pensando, diciendo y haciendo? ¿Por qué nunca tenemos tiempo para pensar en esas cosas? ¿Sera por que asumimos como verdades acabadas todo lo que oímos, leemos o escuchamos? ¿Será quizá, porque nunca se nos ocurrió reflexionar en el porqué hacemos lo que hacemos y a donde queremos llegar?
Sucede amigas y amigos, que,   tanto nos han enseñado  a ser individualistas, que siempre aceptamos como verdad  irrefutable  el que cada quien vive como puede, piensa como quiere y actúa como crea conveniente, no nos hemos percatado que somos producto de una cosmovisión forjada  desde la óptica del capital, cuya ley  básica es la acumulación infinita, maquillada a veces con leves variantes que inexorablemente se encuentran en el mismo punto.
Sistema criminal y caníbal que  ha desarrollado múltiples paliativos para consuelo  de los que quedan en el camino de la vorágine depredadora, la religión, la terapia de grupo, curas para el estrés, la medicina tradicional para el alma, las adicciones, los escapes abruptos, que apuran el suicidio y justifican la radicalidad de la violencia del poder para sostener la tiranía del sistema, etc.
Es entonces imprescindible, que  hagamos un esfuerzo por recuperar nuestra  naturaleza humana, informándonos adecuadamente, analizando  críticamente todas aquellas verdades  que se nos presentan como acabadas e inmutables, indagando, por las causas  y consecuencias de  nuestras acciones, identificando relaciones e interacciones, observando quien paga, cuanto paga, y quien cobra, quien pierde y quien gana en las relaciones establecidas. Buscar las causas más allá de la voluntad de la divinidad o de un hombre o grupo de ellos por más poderosos que sean.
Cuando nos muestren  algo muy decorado, delicioso y maquillado preocuparnos más por su interior que por su apariencia, dudar de lo evidente, interrogar por el cómo, el cuándo y el porqué, solo así habremos empezado a caminar senderos diferentes  a la docilidad, adición incondicional  a este sistema perverso, excluyente  y criminal que sin equívocos destruye la vida, la esperanza  y el derecho a soñar.
Atrevámonos a ser diferentes. El camino está lleno de espinas, pero entre las espinas mas  amenazantes están las rosa más hermosas.
La verdadera valentía del ser humano está en ser justo, y equitativo en un mundo  injusto e inequitativo. Existen otros sueños y otros ideales, y por supuesto otros caminos que conducen a la vida, a la dignidad, al amor, a la ternura, a la inclusión y a la solidaridad.
Ven únete, construyamos un mundo para todas y para todos;  con una visión y acción  diferente.


Fredy Torres A.
Agosto 12 del 2011
Piñas – El Oro.

¿Por qué 'Mentiras y Medios'?


¿Por qué 'Mentiras y Medios'?



"La verdad está en marcha y nada la detendrá". Émile Zola.
Se abre una nueva y necesaria sección en Rebelión sobre un asunto que mueve a indignación general y sobre el que hay que movilizarse colectivamente. Lo que así nos ocupa ahora también a nosotros, en la estela del recientemente creado Observatorio Global de Medios y de los trabajos que se vienen realizando en Le Monde Diplomatique ("El Imperio de los medios de comunicación" Manière de voir 63. Mai-Juin 2002) o en la Web de habla inglesa, MediaLens; es la denuncia de las falsedades y mentiras que continuamente están presentes en los medios de difusión de la información diaria pertenecientes a grupos multinacionales. La economía dicta las líneas de escritura a un periodismo que por un lado ha renegado de su vocación informativa y por otro, se encuentra cercado por la perversa lógica del capitalismo. Los pocos profesionales que aún resisten trabajan en condiciones inadecuadas, sometidos ellos mismos a censuras y manipulaciones, por lo que muchos de ellos vienen y vendrán a formar parte de estos grupos de defensa intelectual contra la manipulación de los mass media o comités de reivindicación del derecho a una información veraz. Ya Noam Chomsky señaló el camino en su artículo: Sobre mantenernos informados y la defensa propia intelectual, donde se ponía de manifiesto la necesidad de un trabajo de equipo para lograr filtrar la información falaz y defenderse de las manipulaciones y falsedades. Camino seguido por Ignacio Ramonet, inspirador del MGW (Media Watch Global), y que es seguido también por Carlos Fernández Liria, Pascual Serrano, Santiago Alba, Luis Alegre, Simón Royo, César Rendueles, junto a muchos otros; por personas que forman parte ya de este nuevo proyecto en que aportan y aportarán sus trabajos e investigaciones, o sus panfletos de denuncia o sus noticias reales, un proyecto contra el mundo de la desinformación, para desenmascarar, constantemente, la constante manipulación mediática.
Periodistas, intelectuales, profesores de Universidad, estudiantes de ciencias de la información, historiadores, científicos, politólogos, activistas sociales y demás ciudadanos, cada cual desde su campo y especialidad, cada cual con lo que pueda y como pueda, están llamados a colaborar con estas autodefensas de la información que se están gestando en diferentes lugares del planeta.
La pregunta y reflexiones que llevaron a la idea de separación de poderes en política es y son las mismas que nos hacemos hoy respecto a los medios de comunicación de masas: "¿Quién vigila a los vigilantes?". El cuarto poder de la prensa fue concebido como un observatorio de vigilancia y denuncia de los extravíos de los demás poderes, hasta que en nuestros días, todos ellos se han ido convirtiendo, cada vez más, en meras funciones de un único poder que amenaza con invadirlo y conquistarlo todo. El poder económico del capitalismo triunfante no es ya vigilado por los medios de información, sino que, por el contrario, utiliza a éstos como sus caballos de Troya, avanzadillas con las que invadir territorios y conciencias. De ahí que sea necesaria la creación de nuevas trincheras periodísticas, barricadas más a la izquierda de un espacio que ha sido prácticamente conquistado, aunque la lucha continúa y está lejos de ser decisiva ninguna batalla concreta.
En Italia, Berlusconi, se ha erigido en gobernante plenipotenciario de una suerte de "neofascismo" o régimen despótico que se caracterizaría por el dominio de todos o la mayoría de los mass media y por la automática adquisición del poder político por parte de quien detenta el poder mediático. Sin embargo, en Venezuela, el presidente Hugo Chávez consiguió el poder político sin poseer el poder mediático y desde entonces se ha visto también que los dos poderes pueden estar enfrentados y que, en ocasiones, no basta el poder mediático para conquistar el poder político, aunque pueda ser utilizada la desinformación para fomentar golpes de Estado y derribar o intentar desestabilizar a gobiernos legítimamente constituidos.
El capítulo Venezuela forma parte ya del comienzo de una nueva fase de la Historia, pues en él hemos visto en plena acción, contra el imperialismo y contra el Imperio de los medios al servicio del Capital, al movimiento de resistencia de la contrainformación alternativa, un movimiento de dimensión internacional, que ha demostrado su fuerza y su potencia, y que cada vez está adquiriendo una mayor magnitud. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) en su Artículo 58 dice. "La comunicación es libre y plural, y comporta los deberes y responsabilidades que indique la ley. Toda persona tiene derecho a la información oportuna, veraz e imparcial, sin censura, de acuerdo con los principios de esta Constitución, así como el derecho de réplica y rectificación cuando se vean afectados directamente por informaciones inexactas o agraviantes…". Y hemos visto como se ha incumplido la contemplación de los deberes y responsabilidades del uso libre y plural de la información, como se ha impedido acceder a la información veraz e imparcial, censurándose a los partidarios del gobierno.
En el intento de golpe de Estado en Venezuela la lucha no ha sido sangrienta pero ha sido encarnizada, en el interior las televisiones venezolanas daban consignas golpistas y retransmitían sin cesar llamadas a la sedición, y mientras, la maquinaria internacional de las multinacionales con intereses en la región, como Prisa y El País, se pusieron en marcha para apoyar con todas sus fuerzas el golpe de Estado. Todas las fuerzas de resistencia se sumaron rápidamente a la defensa y, lo más importante: ¡El golpe no triunfó! ¡Los golpistas fueron derrotados! (Aunque lo intentarán de nuevo, como lo intentan diariamente de manera más sutil). Lo que nos da pruebas de que aún con un enorme poder mediático la victoria no está dada ni decidida de antemano y que es posible hacer frente a esas fuerzas que están arrasando y destruyendo el planeta llevándolas a retroceder y replegarse.
La lucha es ahora continua pues continuamente siguen los mismos medios intentando minar las defensas de un gobierno democráticamente elegido, pero el caso de Venezuela es un caso paradigmático de una batalla generalizada, una guerra en la que todo ciudadano está inmerso, por su lucha particular contra la manipulación y la falsificación de la información y en la que todo país se encuentra involucrado, por la defensa de la información veraz sobre lo que ocurre en su territorio. La tergiversación se produce a veces directamente, otras por omisión, otras cuando no se dice toda la verdad y se sesga la noticia, otras, escondiendo la Historia de un problema tras la cortina del presente y el instante, así como mediante toda una serie de recursos que hay que desenmascarar; de modo que aprendamos a detectarlos y a ponerlos fuera de juego. La vigilancia tiene que ser constante y la tarea es ya interminable. Una nueva especie de vigilantes se constituye y se conjura como garantes de la verdad, pues sólo una comunidad de gentes dispuestas a aceptar el desafío de hacer frente a la desinformación y manipulación, constantes y generalizadas, de esos medios secuestrados por la economía; podremos rescatar la dignidad y el honor que pertenece a los profesionales de la información y volver a situar a la profesión periodística en el lugar que le corresponde: el de la pasión y lucha porque se sepa siempre la verdad.
Publicado en Rebelión
10/08/2011

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Lujo, hambre y furia


Lujo, hambre y furia



La demanda de artículos de lujo –desde zapatos de 800 dólares y cremas cosméticas de 1.300 hasta Mercedes Benz de 200.000– disfruta un auge, mientras casi 46 millones de estadunidenses dependen más que nunca de la asistencia federal para comprar alimentos básicos y evitar el hambre. Eso resume a Estados Unidos hoy día.El mercado de artículos de lujo ha registrado 10 meses seguidos de incremento en ventas, reportó el New York Times. Las cifras de ventas de la joyería Tiffany’s, Givenchy, Louis Vuitton, Gucci, BMW, Porsche y Mercedes Benz, entre otros, han registrado fuertes incrementos.
Por otro lado, el gobierno federal informó de que casi el 15 por ciento de la población depende de asistencia alimentaria, esto es, 45,8 millones de personas, el nivel más alto registrado, un 12 por ciento más que hace un año y un 34 por ciento más que hace dos. Para obtener asistencia alimentaria federal (food stamps), el ingreso de un individuo debe ser inferior a 1.174 dólares al mes (más o menos lo que algunos ricos gastan en un par de zapatos Louis Vuitton).
La desigualdad económica no se oculta. El economista premio Nobel Joseph Stiglitz indica que sólo en los últimos 10 años, el ingreso del uno por ciento más rico se elevó 18 por ciento, mientras el de los trabajadores industriales se desplomó 12 por ciento. Según un análisis del Instituto de Política Económica (EPI), la riqueza está aún más concentrada en el sector más rico: más de un tercio de la riqueza nacional se concentra en ese uno por ciento; 20 por ciento de los hogares en el medio de la escala económica sólo contaban con 4 por ciento de la riqueza nacional en 2007 y perdieron parte de eso en la última recesión. De hecho, en 2009, el uno por ciento más rico de los hogares tenía un valor neto 225 veces mayor que el del hogar típico: una desigualdad jamás vista.
Mientras tanto, los ricos pagan menos impuestos que en cualquier periodo del último medio siglo, reconoció el propio Barack Obama. Un nuevo informe del Center for American Progress descubrió que los millonarios pagan 25 por ciento menos impuestos hoy que a mediados de los 90, y 1.400 millonarios no pagaron ni un centavo de impuestos en 2009. Mucho de esto gracias a las reducciones fiscales impulsadas por el gobierno de George W. Bush y prolongadas por el de Obama.
La ira popular contra los representantes del pueblo en Washington sigue ardiendo, según las encuestas, precisamente porque se les culpa de aplicar políticas que benefician a unos cuantos a costa de casi todos los demás. Un 82 por ciento de estadunidenses desaprueba el desempeño del Congreso: el nivel más alto registrado por la encuesta de CBS News/New York Times; una de CNN descubrió casi lo mismo. Más de 4 de cada 5 opinaron que el debate sobre la deuda tenía que ver más con maniobras políticas que con la búsqueda de lo mejor para el país.
Las encuestas también demuestran que Washington hace exactamente lo opuesto a lo que desea el pueblo. Por más de dos contra uno, los estadunidenses afirman que la generación de empleo debería ser una prioridad más alta que la reducción del gasto federal. Un 63 por ciento favorece elevar impuestos a los más ricos.
Pero, más allá de reprobar a sus líderes, ¿habrá consecuencias políticas? Algunos dicen que todos los políticos electos enfrentarán la ira popular en 2012. Sin embargo, otros creen que Obama, aunque ha generado enorme desilusión entre sus bases, no tendrá graves problemas, por un simple y cínico cálculo. Como lo dijo un estratega demócrata al Washington Post: el hecho es que los liberales y progresistas no tienen adónde ir más que a votar por Obama y su partido. Igual, un encuestador demócrata comentó al New York Times que, en el caso de Obama, a pesar de críticas de sus bases liberales a una u otra de sus iniciativas, en el terreno electoral al final de cuentas están seguros de una cosa: van a odiar a los candidatos republicanos. Entonces, sinceramente no me preocupa mucho una base sólida o entusiasta. O sea, el cálculo es que para las bases progresistas, no hay alternativas en el terreno electoral.
Necesitamos una plaza Tahrir no violenta, opina el ex vicepresidente Al Gore. Frente al acuerdo para recortar billones en el gasto, demandado por los republicanos, y ante las necesidades sociales se requiere una primavera estadunidense (en referencia a la primavera árabe) para rescatar al país de los derechistas, dijo en su televisora Current TV. Pero para ello, dijo su entrevistador, primero tiene que haber furia.
“Yo creo que el público sí está furioso, pero también deprimido por la falta de liderazgo y la ausencia de un sentir de que puede ganar. Los llamados populares a que Wall Street rinda cuentas no han llevado a ningún lugar, mientras el dinero de Wall Street mantiene disciplinados a los políticos y los activistas se tuitean entre sí hasta la distracción. Los activistas condenan on line al presidente, pero hacen poco para enfrentarlo y demandar otro tipo de acción”, consideró el veterano periodista Danny Schechter en su columna en Reader Supported News.
La imagen de la clase política en manos de los más ricos es documentada por todas partes, con donantes millonarios que financian a candidatos de ambos partidos. De hecho, un nuevo informe del Center for Responsive Politics demuestra que Obama recibe aún más de Wall Street para su relección que lo obtenido en 2008.
Para algunos, las políticas económicas de Obama hasta el momento no son tan diferentes de las de su antecesor, como tampoco su continuación de las dos guerras lanzadas por él, y la omisión en exigir cuentas a los financieros y empresarios que llevaron a esta crisis.
Tal vez por ello no sorprende tanto que Obama baile al compás de la misma música que su antecesor, literalmente. Mark Knoller de CBS News reportó que la campaña electoral de Obama está usando la canción Sólo en América de Brooks y Dunn, en sus actos. George W. Bush la usó mucho en su campaña de relección en 2004.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2011/08/08/opinion/031o1mun
Publicado en Rebelión org. 10/08/2011
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LA DEUDOCRACIA GRIEGA

Explicación del endeudamiento externo desde el análisis marxista.
Tómese un tiempo para informarse adecuadamente.

Integrado por

Fredy Torres A.

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Doble terrorismo imperial: de Estado y mediático



ENCUENTRO LATINOAMERICANO VS TERRORISMO MEDIÁTICO (2)


Segunda ponencia del “Encuentro latinoamericano vs Terrorismo mediático” realizado en Caracas en el 2008. En el que participan  destacados  comunicadores, sociólogos y filósofos latinoamericanos.
Gracias a los compañeros administradores  de la página de la Central de Trabajadores de Argentina,    que han colgado  esta importante información en su página. http://www.cta.org.ar/

Atentamente.
Fredy Torres A.
Agosto  8 del 2011.





DOBLE TERRORISMO IMPERIAL: 

DE 

ESTADO Y MEDIÁTICO


Ernesto Vera[1]
…y no hay libertad legítima, sino cuando ésta se dirige a honrar a la humanidad y perfeccionar su suerte.
Simón Bolívar

No hay monarca como un periodista honrado.
José Martí

Sabemos que vivimos en un mundo patas arriba —como lo calificó Eduardo Galeano— porque es tan antidemocrático como el Consejo de Seguridad de la ONU; tan dominante como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial; tan excluyente y genocida como la globalización neoliberal y el bloqueo de medio siglo contra Cuba, al que hay que incluirle diez años de prisión a los cinco héroes cubanos contra el terrorismo; tan alejado de la ética como para presentarnos un mundo de ficción como la realidad; tan distante de sus bases doctrinales como la negación del desarrollo social de la sociedad capitalista por el dinerismo imperante; tan criminal como las agresiones terroristas de Estados Unidos; tan mentiroso como los medios transnacionales y sus obedientes sucursales locales.
Es por ello que todo análisis ético debe darse sobre la base de la necesidad del combate contra la industria del engaño, presidida por la mentira que más trata de ser convertida en verdad: la llamada libertad de prensa dominante. Si la justicia es sinónimo de ética, hagamos un análisis de cómo surgen, se desarrollan y existen los mecanismos de desinformación que pretenden arrancar el alma latinoamericana. Porque no se trata, en lo esencial, en que el enfrentamiento ideo-lógico sea realizado con la decencia de no deformar y ocultar los hechos, de no difamar y mentir al exponer su política nefasta imperialista sin añadirle lo que es conocido como el terrorismo mediático, que es equivalente a la acción de los criminales de guerra en los conflictos bélicos nacionales e internacionales.
Es decir, hoy tenemos frente a los intereses de los pueblos y a toda causa justa a los criminales de la guerra militar y mediática. No hay otro término más apropiado. Como nunca, debemos actuar sobre las bases de la capacidad de engaño de los medios poderosos, de los dueños de las riquezas, aunque sepamos que no serán éstos los que determinen el curso de la historia.
Siempre debe estar muy presente que la mentira está organizada porque hay una estrategia imperialista y la verdad es dispersa porque carece de una estrategia común antiimperialista. Es más, el llamado nuevo periodismo sólo puede existir con esa cualidad y todo lo que carezca de ella es una forma más de entretener a los periodistas con algo que es una nueva burla en sus propias filas.
Lo primero de todo es tener bien claro que no existe otro argumento más válido para proclamar la verdadera libertad de prensa que reconocer, respetar y responder ante el derecho colectivo, de la sociedad, del pueblo, a recibir una información veraz. Todo lo que se aparte de ello no es más que palabrería con la libertad reiterada que parte de la falsedad de concebirla como propiedad de los medios por encima de la sociedad. ¿Dónde puede haber libertad de prensa ajena a la condición de país independiente y sin que haya Constitución que la proclame como un derecho legítimo de la sociedad? ¿Acaso esa independencia y Carta Magna se compraron con dinero y no con el heroísmo y la sangre del pueblo? ¿Es que el dinero con que el empresario compra los medios lo exime del derecho de la sociedad a ese principio y de ese modo puede privatizar lo que no está ni puede estar en venta? ¿Es que se pueden promover y organizar golpes de Estado contra gobiernos democráticos sin otro riesgo que el del derecho sólo individual de no adquirir la publicación y no ver o escuchar espacios en la radio y en la televisión? De ser así, todo quedaría reducido a la “ética” de la impunidad, como una religión de nuevo tipo con iglesias en lugar de medios. Y lo trágico es que hoy es así, y de esa forma lo proclama y respalda la Sociedad Interamericana de Prensa, desde que hace cincuenta y ocho años secuestraron esa libertad, mediante una maniobra de la CIA y el Departamento de Estado en el golpe organizado y dado en New York, donde la perversidad imperialista pasó de tener un voto a contar con 424, mediante la reforma estatutaria, después de impedir la asistencia de los pocos miembros progresistas que la integraban desde 1943, cuando fue fundada en La Habana.
El concepto de prensa como empresa privada que está en el origen y la actualidad de la SIP es la negación del periodismo y la digna y ética función de los periodistas que son fieles en la defensa de la responsabilidad social, de los intereses populares, razón principal de una profesión, que además tratan de negar como tal mediante las más diversas formas. Esto último es así porque a los grandes propietarios les resulta incómodo
estar obligados a contratar a periodistas con ética profesional. “Nada de compartir la libertad de prensa” es la máxima que pretenden tener sus dueños absolutos.

En la medida del crecimiento del terrorismo mediático, vivimos la paradoja de una actualidad en que casi todos los procesos electorales de los últimos años han sido victorias de los candidatos progresistas, de izquierda y revolucionarios. Todo indica que el deterioro de las condiciones de vida de las masas en los pueblos latinoamericanos y la creciente influencia de los medios alternativos han sido factores en la elevación de la conciencia crítica de gran parte de los electores, y de esa forma se han reducido las posibilidades tradicionales de engaño de los medios imperialistas y dominantes. Al respecto debe tenerse presente que la realidad social cada vez más injusta y la necesidad de enfrentarla se une al carácter alterativo de los me-dios alternativos, ya que no pueden tener otra condición que la de contribuir a los cambios positivos en la sociedad, independientemente del alcance, de los recursos y de la tecnología. Si alterativo es la función de una pequeña emisora comunitaria también lo son ¡Aló, Presidente! y Telesur.
A ellos los identifica la lucha contra la corriente imperialista y reaccionaria de los grandes —casi siempre lo son— y pequeños que tengan similar contenido, además de la falta de ética que los caracteriza en nuestro tiempo.
Hoy se puede comprobar mejor cómo hay una voz de ordeno y mando, que existe toda una organización de la mentira al observar no sólo la oposición de terrorismo mediático a los candidatos que promueven cambios a favor de los pueblos, sino también después, cuando realizan abierta hostilidad mediante métodos desestabilizadores contra esos gobiernos. La orden que tienen del imperialismo y de su instrumento llamado SIP es no abandonar sus empresas y el país donde operan para así tratar de causar más daño a esos procesos. Si lo comprobamos cada día, en todos los países con gobiernos populares, sin la menor excepción, también debemos saber que en Cuba fue distinta la decisión de los grandes propietarios, que cumplieron la orden de la SIP cuando abandonaron sus medios y el país para organizar campañas propagandísticas regionales contra la Revolución, declarando a esos magnates héroes de la libertad de prensa y, desde Miami, los llevaban por los países latinoamericanos, después de ser condecorados como grandes campeones. Y lo que ocurrió fue que durante un corto tiempo les funcionó el plan hasta que ya no tenían qué decir, mientras las rotativas abandona-das se dedicaban a fundar la Imprenta Nacional con una edición gigantesca de Don Quijote de la Mancha y dirigida por el eminente escritor cubano Alejo Carpentier.
En los primeros dos años del triunfo revoluciona-rio se generalizó una batalla entre los medios revolucionarios que surgían y los grandes medios convencionales. En esas condiciones ocurrió el hecho histórico de que los periodistas integrantes de las redacciones de los órganos opuestos a la Revolución no compartieron las informaciones difamatorias y expresaban mediante una breve nota al final de ellas donde se agregaba la opinión de los periodistas, precisamente, en nombre de la libertad de prensa. Esas líneas fueron conocidas como “la coletilla”, aunque sólo se incluían en los textos mentirosos y nunca fue utilizada ante alguna opinión que manifestaran el propietario o los que ostentaban cargos de dirección en esos órganos. Aún así, la SIP y los empresarios consideraron que aquel movimiento representaba un ataque a la libertad de prensa, lo que sirvió de excusa para el éxodo de los magnates. Tuvo gran trascendencia el hecho de que la inmensa mayoría de los profesionales de la prensa, integrantes de esas redacciones opositoras, se sumó al proceso revolucionario y adquirió gran peso en la creación y desarrollo de la prensa revolucionaria durante los primeros lustros, además de que también trasladaban sus conocimientos técnicos a los jóvenes que comenzaban a formarse como periodistas. Esa experiencia, en cada etapa de su desarrollo, fue la muestra elocuente de cómo la única profesión a la que le está prohibido realizar sus funciones con los principios éticos derivados de la gran responsabilidad social de su ejercicio, lo que se evidencia más con alrededor de mil colegas asesinados en muchos países latinoamericanos en los últimos treinta años.
Aunque no puede negarse que hay quienes ejercen la función periodística y piensan de manera más reaccionaria y terrorista que sus empleadores, mayoritaria-mente han demostrado fidelidad a las causas populares y se han mantenido firmes ante las diversas formas de corrupción que se manifiestan en el sector, sobre todo, la compra de conciencias, aunque para ello deban actuar aceptando la autocensura de la supervivencia y, en ese marco, difícil y amargo, tratar de realizar algunas acciones en favor de lo justo y ético que exige la verdad.
El terrorismo mediático ha llegado a un grado de violación de los valores inherentes a la noble labor periodística que ya hoy no es imprescindible siquiera el debate sobre el antagonismo ideológico. Bastaría con exigir que se cumplan los diez Principios internacionales de la ética periodística, aprobados en el marco de la Unesco en 1983, para demostrar que los medios terroristas los incumplen en su totalidad, cada uno, cada día, de manera insultante, sobre todo, el primero de ellos, titulado “El derecho del pueblo a una información verídica”. Bastaría con crear comisiones de seguimiento para velar por su cumplimiento y así demostrar el mentir permanente de quienes dicen defender libertades. Y no se trata de que esas comisiones sean creadas por los gobiernos, sino sólo por las organizaciones de masas, sociales y profesionales.
Ellas no tendrían otra función que la denuncia sobre cada caso, en nombre de la sociedad, aunque también sería muy útil una Comisión Internacional integrada por expertos designados por la Unesco. De esa forma ganaría vitalidad lo esencial de tantos años de combate con motivo de la lucha del movimiento por el Nuevo Orden Internacional de la Información y la Comunicación (Noiic) cuyos acuerdos se hayan engavetados durante los últimos veinte años a pesar de que tienen más vigencia en la actualidad. Sería el mejor aporte del señor Matsura, director general de la Unesco, cuando la violación prepotente de sus contenidos por las transnacionales representa la agresión permanente a los nobles valores de esa institución.
Es conocido que se puede medir la autenticidad de un proceso revolucionario por la capacidad de defensa que demuestre de manera integral. Al respecto, el compañero Fidel Castro declaró, en 1980, lo siguiente:
Si no se está dispuesto a desafiar los riesgos de cualquier tipo, los riesgos de agresión militar como los riesgos de su propaganda, no se puede dar respuesta adecuada al enemigo; intimidarse frente a la propaganda es como intimidarse frente a los fusiles del enemigo. No hay que tener miedo a nada; eso lo hemos aprendido perfectamente durante veintiún años.
Así se desarrolla el combate cotidiano de la Revolución Bolivariana y de su máximo líder, el presidente Hugo Chávez Frías, en desafío permanente ante cualquier agresión. No se trata sólo de tener la voluntad de realizarlo, también es imprescindible hacerlo con la capacidad y firmeza demostradas.
Este encuentro debe convertirse para los periodistas en el comienzo de una etapa que se caracterice en pasar a la ofensiva en la esfera de la información y la comunicación, demostrando la carga terrorista y criminal contenida en una libertad de prensa al servicio del imperialismo y, por tanto, representada por la SIP, su secuestradora histórica y cotidiana, lo que significa una ofensa a lo que José Martí consideró la más humana y hermosa forma de patriotismo, al afirmar que “Patria es Humanidad”.
Hace treinta y dos años, al fundarse la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap), se cumplía con el llamamiento del Acta de Montevideo de 1951 redactada por los periodistas excluidos de la SIP en la Conferencia de New York en 1950, donde se denunciaba el carácter empresarial de esa maniobra que es-taba orientada a privatizar y secuestrar el concepto de libertad de prensa, hecho al margen de los periodistas y contra su voluntad. Durante más de medio siglo se ha comprobado la razón de aquel pronunciamiento debido a que nunca la SIP les ha preguntado su opinión a los periodistas que integran las redacciones de los grandes empresarios para hacer sus declaraciones en nombre de esos órganos.
Es decir, primero fueron excluidos y después han sido ignorados, aunque en la práctica pretendan hablar en nombre de ellos. Es así como en la práctica las empresas comerciales al servicio del imperialismo se arrogan la función de ser representantes de los profesionales de la prensa, sin otro mandato que el de im-poner sus intereses hegemónicos contra los pueblos y los periodistas dignos.

La razón fundamental de aquella convocatoria hecha hace cincuenta y siete años precisaba muy bien el reclamo impregnado de lo mejor del sentir latinoamericano al decir:
El papel que la prensa había cumplido junto a Martí, Bolívar, Mariátegui, el cura Hidalgo o Flores Magón, con la SIP, se había modificado. El periodismo que había nacido con la libertad se había convertido en un negocio, la noticia en una mercancía y el periodista en un asalariado. La prensa estaba de espaldas a los pueblos.
Así recordaba parte del pronunciamiento años después Genaro Carnero Checa, primer secretario general de la Felap, firmante del Acta de Montevideo, y uno a los que le fue negada la visa para asistir a la conferencia del secuestro, agregó: “Esa situación, que aún persiste, era la que había que cambiar”. Entonces, hace treinta y años, no se pudo. Pero aquí estamos los seguidores de ese llamamiento de nuestros colegas, en el más alentador de los momentos, para contribuir a hacer el proceso de unidad de la Patria Grande La-tinoamericana, conscientes de que la sociedad de la información verdadera sólo es posible mediante la integración de nuestras naciones y pueblos. El Alba y la Felap tienen el mismo origen y similar objetivo. Uno de los principios fundadores de la organización regional de los periodistas lo expresa así: “La libertad de prensa la concibe como el derecho de nuestros pueblos a ser oportuna y verazmente informados y a expresar sus opiniones sin otras restricciones que las impuestas por los mismos intereses de los pueblos”. Periodismo libre en patrias libres, ideal máximo de la Felap, nos mantiene unidos para continuar el comba-te, seguros de la victoria.


[1] Prestigioso periodista cubano y presidente de Honor de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap).
Posteado por Fredy Torres A
Agosto 8 del 2011

http://frative-mingadelpensamiento.blogspot.com/


TERRORISMO MEDIÁTICO Y LEGÍTIMA DEFENSA COMUNICACIONAL

ENCUENTRO LATINOAMERICANO VS TERRORISMO MEDIÁTICO (1)


En este propósito a partir de hoy  se publicará en este espacio  las ponencias que sobre el papel cumplido por los medios  de comunicación  desde el fin de la segunda Guerra  hasta hoy y específicamente en la actualidad.
Ponencias que corresponden al “Encuentro latinoamericano vs Terrorismo mediático” realizado en Caracas en el 2008. En el que participan  destacados  comunicadores, sociólogos y filósofos latinoamericanos.
Gracias a los compañeros administradores  de la página de la Central de Trabajadores de Argentina,    que han colgado  esta importante información en su página. http://www.cta.org.ar/

Atentamente.
Fredy Torres A.
Agosto  5 del 2011.

TERRORISMO MEDIÁTICO Y LEGÍTIMA DEFENSA COMUNICACIONAL

Andrés Izarra
Quiero comenzar leyendo el extracto de esa carta poco conocida de un insigne periodista y escritor venezolano —autor de El Tirano Aguirre, príncipe de la Libertad; de Oficina N°1— y fundador de un periódico que “fue” El Nacional, que fue un buen periódico, quiero decir. Voy a comenzar leyendo este extracto. La carta de renuncia de Miguel Otero Silva a la SIP, en el año 1948 dice:
Los estatutos de la SIP fueron transformados de forma arbitraria, violando para ello sus normas fundamentales y dándole el carácter que ahora tiene: una entidad exclusivamente patronal, de intercambio comercial, estrictamente controlada por los vendedores de papel, las agencias noticiosas y los buscadores de avisos que residen en Estados Unidos. Nada más inoportuno, en este ambiente, que un periodista.[1]
Quisiera hacer algunas reflexiones en relación a lo que entonces era una actividad signada por el lucro, no es que haya dejado de serla, sino que en estos últimos años ha tenido una nueva connotación, y se ha comenzado a dibujar el fenómeno del “terrorismo mediático”, en la medida en que el imperialismo y el neoliberalismo globalizado buscan imponer sus espacios de poder y acumular regiones, recursos y poder a lo largo de todo el mundo.
Si hacemos un recuento, los medios de comunicación son hijos del propio proceso democrático, son hijos del avance de la cultura y de la tecnología, son producto de los últimos doscientos años, pero sobre todo son resultado del siglo XX; los medios de comunicación de masa. La democracia que conocemos, hoy en día, tiene poco que ver con la democracia griega o con la “democracia parlamentaria” de la Inglaterra victoriana. El respeto formal por la opinión de las mayorías, la llamada “opinión pública”, nace con la Revolución Francesa. Y la elección universal de los gobernantes, que es más reciente, aparece con los partidos políticos de masa y con la prensa de gran tiraje. Entonces fue cuando se acuñó el término “cuarto poder” para referirse a la influencia de la prensa en la política. Y esa influencia no ha hecho sino aumentar a medida que hemos avanzado cultural y tecnológicamente en la humanidad.
Este desarrollo cultural y tecnológico tuvo un auge importante con los ferrocarriles, el telégrafo, la alfabetización pública, la electrificación —que permitió la radiodifusión—, el teléfono, la televisión y final-mente la internet. Todo esto aumentó el poder de los medios y de este “cuarto poder” que, curiosamente, a diferencia de los otros tres poderes clásicos, formal-mente establecidos, es un poder que nadie elige y, sin embargo, modela la opinión pública, la opinión de las mayorías. Es una máquina productora y reproductora del pensamiento y factor determinante en las preferencias políticas de las mayorías, incluso, en contra de los intereses de esa propia mayoría.
Este control progresivo del pensamiento de la gen-te, aun cuando la realidad demostrara lo contrario de lo que se pensaba, no podía ser perfecto, y los revolucionarios terminaron por comprenderlo y expresar-lo, así como lo hizo Marx, en La ideología alemana, en 1846 dijo:
Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes de cada época; o dicho en otros términos: la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante.
Los gobernantes totalitarios fueron los primeros en comprender y utilizar el inmenso poder de los me-dios, desde que Napoleón confesara querer “controlar los sueños del pueblo” hasta las dictaduras del siglo XX que lo intentaron mediante la propaganda y el capitalismo neoliberal, que efectivamente transforma o consigue una evolución de esa propaganda en lo que conocemos hoy en día como “terrorismo mediático”.
A lo largo de este camino, que nos lleva a lo que es la mentira globalizada de hoy, los Estados han intentado poner frenos distintos al poder de los medios. Algunos, para limitarlos; otros, para acotarlos; otros, para proteger a los ciudadanos y a las instituciones de la difamación, las incitaciones al odio, el racismo, la guerra. Pero los legisladores nunca han podido prever que un servicio público, como los medios de información, se convirtiera en un poder político de facto, capaz de influenciar en la opinión, pervertir el conocimiento y la escogencia de los electores sobre las políticas públicas y sobre los candidatos o programas que compiten en procesos electorales. Un poder mediático capaz de lanzar pueblos a la guerra y despertar los instintos más bajos del ser humano. Tampoco han podido, los legisladores, prever, contener hoy en día a las transnacionales de la información, al poder financiero mundial de los grupos editoriales, al gigantesco poder editorial de los grupos financieros y de la televisión.
Los primeros en sonar la alarma fueron los países recién descolonizados del Tercer Mundo, cuando en-tendieron que los grandes medios dominaban y deformaban la realidad cultural de esos países y afectaban su desarrollo. Un solo mundo, voces múltiples, también conocido como El Informe MacBride, es un documento de la Unesco publicado en 1980, redactado por una comisión presidida por el irlandés Seán MacBride, ganador del premio Nobel de la Paz. Su objetivo era analizar los problemas de la comunicación en el mundo y las sociedades modernas, particularmente con relación a la comunicación de masas y a la prensa inter-nacional, y abogar por la construcción de “un nuevo orden comunicacional” para resolver estos problemas, promover la paz y el desarrollo humano.
Entre los problemas identificados en el documento, estaban “la alta concentración de medios, la comercialización de la información y el acceso asimétrico a la información y a la comunicación”, como también nos lo recordaba nuestro Miguel Otero Silva. También fue constatado el gran desbalance de los flujos de información entre el primer mundo y los países en desarrollo. El informe propuso, entre otras cosas, la democratización de la comunicación y el fortalecimiento de los medios nacionales para evitar la dependencia de las transnacionales de la información.
A pesar de haber recibido fuerte apoyo internacional, el informe fue rechazado por los EEUU y el Reino Unido, como un ataque a la libertad de prensa y a la doctrina del libre flujo de informaciones. Como pro-testa, ambos países se retiraron de la Unesco en 1984 y 1985, respectivamente; y no volvieron, sino cuando consideraron que la tormenta había pasado. Inglaterra volvió en 1997 y Estados Unidos en 2003.
Pero la tormenta apenas empezaba. Las transnacionales de la información abandonaron todo recato para dedicarse mundialmente a la propaganda de guerra durante la invasión de Iraq y Afganistán, obedientes a la doctrina de “guerra al terrorismo” del presidente Bush y sus aliados. Recordemos, entonces, lo que fue la cobertura de la invasión por parte de CNN y Fox News a esos eventos, que tienen ciertos ecos hoy en nuestra actualidad latinoamericana. En el ámbito regional, esa “lucha contra el terrorismo” adoptó la doctrina de “lucha contra el narcotráfico” y, última-mente, la “doctrina de la seguridad democrática”, que se quiere imponer desde las oligarquías más rancias de este continente al resto de sus vecinos.
En la segunda mitad del siglo XX, durante la Guerra Fría, la prensa escrita regional fue utilizada descaradamente por la CIA para manipular la opinión pública y justificar el derrocamiento de gobiernos democráticos; ahí tenemos los casos de Argentina, Guatemala, Uruguay, Brasil, Ecuador, Chile, República Dominicana, Grenada, Panamá, de Nicaragua. Todos sabemos el rol que cumplió la prensa, sobre todo la prensa comercial, en el derrocamiento de esos gobiernos.
En el siglo XX, a la prensa escrita se sumaron la radio, la televisión, la internet, para formar un bloque comunicacional utilizado como arma de operaciones psicológicas de los Estados Unidos y de la derecha europea, en su campaña mundial para imponer la doctrina neoliberal con sus paquetes económicos, privatizaciones y saqueo de países enteros.
El poder de los medios es hoy tan grande, que ya no son utilizadas como complemento preparatorio del golpe de Estado militar clásico, sino que se sienten capaces de dar un “golpe mediático”, tal cual lo vivimos aquí en Venezuela en abril de 2002. Tan virtual fue ese golpe que duró apenas setenta y dos horas, el tiempo que le tomó al pueblo y a los militares bolivarianos recuperarse de la sorpresa, reaccionar y rescatar al presidente Chávez y al orden constitucional de este país.
Pero del golpe de Estado pasamos al “estado de gol-pe” permanente, y lo mismo parece estar ocurriendo en América Latina, sobre todo, en aquellos países que han decidido escoger por un rumbo propio, por un destino soberano, por un control soberano de sus recursos. Las transnacionales de la información, sin embargo, siguen dictando la línea editorial de los medios privados, desde los grandes centros hegemónicos, y son reproducidos a lo largo y ancho de toda la red en-tramada de medios privados, controlados desde estos centros hegemónicos, imponiendo así matrices falsas de opinión sobre acontecimientos reales o acontecimientos falsos, inventados para servir de detonante a nuevas matrices de opinión.
Eso en un movimiento perpetuo, que parece nunca acabar. Si no lo sabremos nosotros que, luego de ese golpe de Estado, vivimos sesenta y cuatro días de terrorismo mediático, como nunca se ha vivido jamás en la historia de la humanidad, durante el sabotaje petrolero. Yo les recuerdo, porque a veces se nos olvi-dan las cosas, que durante esos sesenta y cuatro días ni siquiera anuncios comerciales tuvieron esas televisoras privadas y sus acólitos, que dentro de pocos días se van a estar reuniendo a una cuadra de aquí a clamar que en este país no hay libertad de expresión. Sesenta y cuatro días sometieron a este pueblo, que estaba resistiendo a un cerco, sin combustible —lo estaban ahogando—, sin alimento, sin medicamento, además bombardeado desde las pantallas comerciales de televisión, permanentemente, en una operación que no puede ser calificada sino de “terrorismo mediático”.
A eso le siguieron muchas otras matrices, que estamos viviendo hoy. Vamos a refrescar algunas cosas que desde la “gusanera de Miami” se siguen inventando en contra de Venezuela, en contra de Cuba, en contra de los países soberanos de este hemisferio. Cuando Venezuela intentaba, por ejemplo, restablecer su par-que de fusiles, los titulares en el Miami Herald expresaban: “Venezuela, la amenaza bélica para sus vecinos”, y cómo a partir de allí intentaban nuevamente fabricar una matriz de opinión para lograr adeptos, en la opinión pública, que justificaran una intervención en contra de Venezuela. La doctrina del intervencionismo imperialista tiene hoy como punta de lanza para sus operaciones el “terrorismo mediático”.
Más recientemente, podemos recordar lo que fue la foto del ministro Gustavo Larrea. Hace tan sólo unas semanas, en el diario El Tiempo de Bogotá, aparece una foto de quien, supuestamente, era el ministro Gustavo Larrea reunido con Raúl Reyes. Otra de las pruebas que saca este famoso computador de Raúl Reyes, invencible a bombardeos, ataques militares y a todo tipo de acciones, y que al parecer da para todo. Y continúan ahora, el terrorismo mediático tiene su última edición ahora con la noticia que encontraron uranio, de que las FARC estaban comprando uranio para fabricar una bomba, sucia, nuclear. Yo les echo estos cuentos para que vayamos recordando, desde el 2002, todo lo que ha sido esta secuencia de inventos y de matrices que se han creado en contra de los países que queremos ser libres; y van a continuar.
Una de nuestras panelistas es María Augusta Calle. Es una muy reconocida luchadora, periodista ecuatoriana, fundadora de una agencia de prensa progresista, Altercom, pero también trabajó en Naciones Unidas —una periodista muy conocida—, entre una de las cosas que también hizo fue ser colaboradora de Tele-sur, nos ayudó a montar la oficina, la corresponsalía de Telesur. María Augusta Calle resultó electa a la Asamblea Constituyente en la Plataforma Alianza País; hoy es constituyentista y preside la Mesa de Soberanía. Ha sido señalada como colaboradora de las FARC en Ecuador, y ya comenzaron a sacar fotos de María Augusta reunida con el enlace de Raúl Reyes, y videos de María Augusta... aquí, y aquí está entregando una clave secreta… En fin, ya hay toda una historia armada alrededor de María Augusta. Una de las razones por las que ella viene, no es solamente a compartir su conocimiento, su experiencia, sus opiniones, sino también a denunciar su caso como una víctima del terrorismo mediático.
Es decir, no solamente los gobiernos, los Estados, somos víctimas del terrorismo mediático, que es articulado desde el imperialismo, sino también individuos puntuales son víctimas de estos acosos y de estas matrices. Pero ¿por qué el ataque contra María Augusta? Porque ella está en la Mesa de Soberanía, no solamente exigiendo la salida de la Base de Manta de Ecuador, sino está pidiendo que tal Base sea sometida a una auditoría, para saber cuál fue el rol real que la base de Manta tuvo en el ataque de Colombia a Ecuador en las recientes semanas. Ésa es la verdadera razón por la cual María Augusta Calle está siendo atacada hoy desde los replicantes o los medios que están al servicio, sobre todo, de la oligarquía colombiana y su eco en Ecuador.
Así como nosotros tenemos los nuestros, todos sabemos lo que ha sido el rol de Globovisión durante toda esta crisis y cómo Globovisión se ha dedicado a ser un altavoz de los intereses imperiales, de los intereses de la oligarquía más rancia de este país, a través de su aliado RCN, el vocero de Uribe. El vocero de Uribe tiene en Venezuela veinticuatro horas de reproducción y de réplica constante.
Pero así como nombro estos casos, vamos a Bolivia: la guerra mediática que hay contra Bolivia es atroz, permanente, tenaz. Argentina, Ecuador, Nicaragua. En fin, todo el esfuerzo por convertir a nuestras naciones en naciones forajidas, cooperantes con el terrorismo y el narcotráfico.
Yo encuentro que hoy estamos en una situación mucho peor que la que vivíamos en el 2002, en cuanto al tema mediático. Actualmente, lo que era una situación local, particular, de un país, ya es una situación mundial, globalizada, articulada. Vemos cómo una matriz que desde El Tiempo de Bogotá es fabricada se replica en El País de España, en el Miami Herald, en el Washington Post, y cómo todos estos medios se articulan en torno a una línea de pensamiento, a un tipo de información, que influye sobre los pueblos de todos esos países para generar una percepción sobre lo que en nuestros países ocurre.
Creemos que actualmente es imposible un “nuevo orden comunicacional” como el que proponía MacBride, porque existe un “nuevo orden imperial” basado en las transnacionales de la información. Las transnacionales de la información son hoy uno de los pilares del imperialismo mundial.
Proponemos, y estamos poniendo en práctica, un maravilloso desorden comunicacional, para superar la clásica polarización entre medios gubernamentales y medios privados, introduciendo, sobre todo aquí en Venezuela, el tercer elemento: la autogestión comunicacional de los pueblos.
Además de la creación de Telesur —que es una herramienta nunca suficientemente utilizada por los estados que forman parte de ella, como herramienta comunicacional—, esta red de televisoras integrada por varios países latinoamericanos para quebrar el monopolio de las transnacionales de la información, la Revolución Bolivariana ha fomentado la proliferación de todas las formas de comunicación comunitaria y alternativa posibles. Tenemos hoy en día casi quinientos medios comunitarios y alternativos, registrados, en formación y actuando en distintos niveles del país.
En los últimos ocho años se han multiplicado los medios comunitarios, periódicos, radios, televisoras locales, se han creado centenares de “infocentros”, que permiten el acceso libre y gratuito a internet a centenares de miles de personas, especialmente a jóvenes estudiantes. Y para todos los que a veces sentimos alguna decepción por el lento burocratismo que a veces invade nuestros procesos, basta ir a contactarse con estos medios comunitarios, con estas iniciativas populares de comunicación, para salir renovados de espíritu y de fe en el avance de nuestra Revolución Bolivariana.
El terrorismo mediático es el arma del imperio en la batalla de las ideas. La nuestra es la cultura y el espíritu crítico del pueblo. Debemos aplicar las lecciones de la biodiversidad al mundo comunicacional, permitir que cohabiten los medios privados, los medios gubernamentales, los medios comunitarios y alternativos, a fin de fortalecer la batalla de las ideas es un cuerpo a cuerpo en el terreno de las noticias, pero también en el terreno simbólico.
En condiciones normales, no podemos luchar contra el monopolio de las transnacionales privadas oponiendo un monopolio gubernamental de la información. La alternativa es romper la cadena de intermediarios entre quienes producen, entre quienes difunden y entre quienes reciben la información, a través de esta autogestión comunicacional popular.
Los seres humanos son la noticia que más interesa a los seres humanos. Los pueblos deben ser, no sola-mente los protagonistas de su propia historia, sino quienes la escriban y la lean, así como quienes la re-presenten. El universo comunicacional debe dejar de ser el consumo pasivo de una realidad inhumana producida por otros, para convertirse en el plan general de corrección cotidiana de la historia.
En el largo camino de la humanidad hacia la libertad, hoy la Revolución Bolivariana, y en general la Revolución latinoamericana, está mostrando al mundo diversas formas de producir y comprender lo nuevo.
Contra el terrorismo mediático, a favor de la libertad de expresión y a favor de las infinitas formas que tiene la libertad, dejamos inaugurado este Encuentro Latinoamericano contra el Terrorismo Mediático, lanzando además otra propuesta: que esta reunión no se quede en una discusión meramente académica, de especialistas en el tema, sino que de aquí salga una organización permanente, una iniciativa política, que nos permita dar recomendaciones, generar documentos, ideas, formas de lucha en contra del terrorismo mediático. Así como ellos tienen su SIP, nosotros podemos tener nuestra Sictm, nuestra Sociedad Interamericana contra el Terrorismo Mediático.


[1] . Actual ministro del Poder Popular para la Comunicación y la Información de la República Bolivariana de Venezuela y presidente de Telesur 

ENCUENTRO LATINOAMERICANO VS TERRORISMO MEDIÁTICO


ENCUENTRO LATINOAMERICANO VS 

TERRORISMO MEDIÁTICO

La comunicación, hace mucho tiempo dejo de ser simplemente un hecho natural, causa y efecto  de la interrelación e interacción natural, entre los seres vivos y especialmente entre los humanos.
El crecimiento de la sociedad y de su capacidad de dominio sobre la naturaleza, se expresa hoy en una compleja organización social en la que la comunicación  se ha constituido en un instrumento contundente para la liberación o subyugación  de las grandes masas humanas.
En este contexto forzosamente  todos estamos involucrados en esta  lucha mediática, por el dominio social  y control del pensamiento y el espíritu humano, bien como actores  activos y consientes de ello o como pasivos tributos de quien tiene el poder de controlar nuestra opinión, pensamiento  y falaz concepto de libertad.
si como tributos, ganados por el poder, no seremos parte de quienes lucren  de dicho dominio, pero si cómplices, culposos  de permitir y aupar  el abuso y arbitrariedad del gigantesco oligopolio  de las transnacionales de la comunicación e información que desde  su función de difusores de la cosmovisión omnímoda del  imperialismo capitalista, han colonizado históricamente el pensamiento de millones de seres humanos que sin siquiera  percibirlo somos  dóciles peones  en el tablero del ajedrez  cuya partida ellos juegan.
Existen dos opciones fundamentales, ante esta realidad, entregarse cómodamente al engaño y a la mentira, ignorarnos a nosotros mismos, por pereza mental  y dejar que quienes así lo han decidido continúen   diciéndonos que pensar, que opinar, como alimentarnos, como caminar, como vestirnos, y sobre todo que es verdad, que es mentira, que es bueno y que es malo, en definitiva imponiéndonos su visión excluyente  y mono cultural; o  recuperar y fortalecer nuestra autonomía  e identidad sociocultural, mediante la construcción de una conciencia critica fundamentada en el análisis serio y veraz  de la función que cumplen los medios de información como superestructura ideológica del sistema capitalista de producción, como instrumentos de lucha  en  el enfrentamiento poder omnímodo  contra la ciudadanía.
ante esta disyuntiva  realizo comedida invitación a ciudadanas y ciudadanos  activos del mundo a optar por la dignidad y la vida, acogiéndonos a nuestro irrenunciable derecho a informarnos  y comunicarnos adecuadamente,  en el contexto de nuestro entorno inmediato, de acuerdo a nuestra realidad, intereses y necesidades, y no a intereses y realidades extrañas que  a otros les  urge que aceptemos y adoptemos.
en este propósito a partir de hoy  se publicará en este espacio  las ponencias que sobre el papel cumplido por los medios  de comunicación  desde el fin de la segunda Guerra  hasta hoy y específicamente en la actualidad.
Ponencias que corresponden al “Encuentro latinoamericano vs Terrorismo mediático” realizado en Caracas en el 2008. En el que participan  destacados  comunicadores, sociólogos y filósofos latinoamericanos.
Gracias a los compañeros administradores  de la página de la Central de Trabajadores de Argentina,    que han colgado  esta importante información en su página. http://www.cta.org.ar/

Atentamente.
Fredy Torres A.
Agosto  5 del 2011.

La Estrategia del Teatro Para inducir el Plan Ecuador

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