LA REVOLUCIÓN JULIANA



LA REVOLUCIÓN JULIANA

“Espíritu revolucionario que debe rescatarse en nuestros días”


Asaltado y anulado el espíritu libertario de la Revolución Alfarista, a partir de 1929, la oligarquía terrateniente, captura para sí el poder, a través de sucesivos gobiernos, controlados por los agroexportadores, asentados principalmente en la costa ecuatoriana.
El crecimiento de las exportaciones y alto precio del cacao, en el mercado  internacional, creo un exagerado  excedente monetario entre los terratenientes costeños, especialmente guayaquileños, dando origen a la banca privada ecuatoriana.

Para 1920, por situaciones adversas de la economía internacional, la baja de la productividad por  problemas agrarios, bajaron los volúmenes de exportación, y consecuentemente los ingresos  de este poderoso sector de la economía nacional, estos decidieron descargar, como siempre, el peso de la crisis sobre los hombros de los más pobres, por ello quienes habían amasado ingentes fortunas, decidieron dedicarse al negocio de l banca chulquera, que acuñaba dinero sin ningún tipo de respaldo económico ni control estatal, circulante que distribuía en el país mediante mega  préstamos usureros, al estado, para que el país pueda mantener  el circulante indispensable para no paralizar, actividad que para entonces se constituyo en el negocio más rentable para los banqueros, es decir un  burdo mecanismo de extracción de los recursos populares para  acumularlos en sus cuentas personales.

La practica  continua de esta forma de usurpación de los recursos nacionales, se extendió a todos los ámbitos económicos y sociales del estado, surgiendo lo que los historiadores denominan, la “Bancocracia”, cuya característica es el poder ilimitado de los banqueros privados en el manejo del Estado, de acuerdo a sus insaciable apetito de enriquecimiento a costa de la pauperización de la economía nacional, especialmente de los estratos medios y bajos de la sociedad, es decir de la pequeña  burguesía , del proletariado, campesinado e indígenas.

En respuesta  a esta exorbitante practica de desgobierno, de un estado prisionero de la voluntad política y económica de un grupúsculo oligárquico, un grupo de oficiales jóvenes de los mandos medios de la Fuerzas Armadas ecuatorianas, reacciona, accediendo al poder por las armas, el 9 de julio de 1925, dando inicio a la denominada Revolución Juliana, que se expresa en dos juntas militares de gobierno sucesivas, y en un Gobierno designado por una Asamblea Constituyente.

Se implementan por parte de los gobiernos julianos varias resoluciones políticas y económicas  esenciales que buscan rescatar el Estado de manos de la oligarquía que hasta entonces lo controlaba, vale decir de la banca guayaquileña, buscando poner al Estado al servicio de la nación, especialmente de la pequeña burguesía o clase media, ya que a dicho sector pertenecían los principales actores de la gesta revolucionaria; el proletariado, campesinado e indígenas, no contaban aún para esta propuesta de estado nación, a pesar del bautizo de sangre que  la clase obrera sufrió solo tres años antes.

Entre las acciones más relevantes de la Revolución  juliana están:
-       “Centralizar las rentas en pos de un Estado único.
-       Definir sistema tributario
-       Orientar el gasto público y equilibrar el presupuesto
-       Institucionalización del país
-       Creación del Banco Central del Ecuador, para  controlar la emisión de dinero con respaldo cierto.
-       Instituciones de control para la banca”[1]

En definitiva, se sentaron las bases estructurales para el surgimiento del moderno Estado  nación capitalista dependiente ecuatoriano.


Fredy Torres A.
Julio 9 del 2012.






[1] Juan J. Paz y Miño C.  (2010) Breve Descripción Del Desajuste Político Y  Económico Entre 1925-1947: de la Revolución Juliana a “La Gloriosa” Taller de Historia. Quito. 

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