ECUADOR ACÉFALO
Sabíamos que estábamos en un despeñadero y que en cualquier
momento empezábamos la rodada cuesta abajo, y también sabíamos que en esa
rodada la nieve que alimentaba la bola que rueda éramos los más pobres y
vulnerables, sin embargo preferimos mirar a otro lado, y tachamos de pesimistas
y agoreros de mala pinta a quienes intentaron reflexionar desde la razón, sobre
lo que estaba haciendo este grupúsculo de ricachos que controlaban la marioneta
que ejercía de Presidente, pero hoy, ya no es presagio, desafortunadamente es
una realidad por demás evidente, muerte, dolor angustia, un país acéfalo, sin
Presidente, donde algunos payasos de mediana jerarquía se debaten entre
decisiones improvisadas y desesperadas, con hálito de prepotencia, y arrogancia,
pero con indiscutible incompetencia e incapacidad para enfrentar el desastre
económico, político y sanitario en que se debate el país, cuya consecuencia es
la perdida de vidas, de las clases más desprotegidas con cadáveres dispersos e
insepultos al mejor estilo de la más tétrica película de terror, permitiendo la
muerte del personal sanitario, médicos y enfermeras que son la línea frontal
para luchar con esta pandemia, incluso agentes del orden, esto no se ha visto
ni en los gobiernos mas nefastos de la historia de ningún país, no hay que ser
eruditos en administración para saber que para enfrentar una emergencia
sanitaria el mayor apoyo y protección debe brindarse al personal médico,
enfermeras y demás servidores de la salud, pero aquí prevalecen intereses
políticos y económicos de grupúsculos minúsculos, enfermos de ambición,
prepotencia y arrogancia que enceguecidos por el poder usurpado no ven más allá
de sus propios adulones y esbirros.
Ya basta, la situación del país es tan grave, un país sin
gobierno, con instituciones ilegítimas, viciadas de corrupción y falsedad por
la ruptura subsecuente del orden constitucional, una Asamblea Legislativa
inútil, apéndice de una gavilla de despistados que no atinan que hacer desde el
poder, excepto tomar revancha contra todo aquel que se oponga a su miopía
política, órgano legislativo corresponsable de esta tragedia, que se niega a
asumir el rol que le corresponde en la administración pública, alineándose a la
farsa de una fracasada gobernabilidad. Guayaquil, la segunda ciudad más poblada
del Ecuador, sin alcalde, ni nadie que responda por su administración, sumida
en una suerte de apocalípsis anticipado, camino al desastre total, sin
servicios, sin alimentos, sin control, anarquía total, suman varias centenas de
fallecidos por la pandemia y de continuar aumentaran las estadísticas, pero por
el caos total, hambre, miseria, desesperación, saqueos, represión, etc.
Ya reacciona país, es tal el desasosiego que ya no es
cuestión de si toma el poder la izquierda o la derecha, sino de que alguien con
responsabilidad social asuma la dirección de este barco llamado Ecuador que está
en plena deriva, al menos para evitar el colapso total, y cabe recordarles que
en el naufragio los primeros en sucumbir son los que menos recursos tenemos
para sobrevivir. Piénsalo.
Fredy Torres A.
Abril 10/2020.
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