LA CAMPAÑA
ANTICIPADA
Aún las candidaturas a las distintas dignidades no están inscritas, y faltan algunos meses para la apertura legal de la campaña proselitista, pero ya las redes sociales están infestadas de proselitismo político. No es que este mal hacer campaña por los candidatos de su simpatía o interés, lo que molesta es la agresividad con que se inicia, las falacias, la prepotencia en el engaño y la mentira, conque actúa la gran mayoría de vocingleros de cualquier ilustre desconocido que prevalido de la fortuna familiar o nexos poco escrupulosos con caciques locales o regionales, ha logrado posicionarse como precandidato a alguna dignidad desde donde pueda ejercer su miserable cuota de poder en beneficio propio y de su familia. Penosamente se observa como la ambición de poder político, concomitante con la posibilidad del enriquecimiento ilícito, transforma a las personas, sacando a relucir lo peor de ellas. Precandidatos y familiares, personas conocidas, de respetable tradición, si bien un poco dislocadas ideológicamente, pero dignas de respeto, hoy se abalanzan a la caza de alguna dignidad en la estructura política nacional, arrancándose las caretas de mesura o equilibrio, mostrando su más lastimera desnudez. Carecen de argumentos económicos, ideológicos y políticos, porque siempre vivieron en un conveniente y cómodo pragmatismo, acomodándose junto a quien más podía beneficiarles económicamente, a ellos y a sus familiares. Sin embargo, ahora, embriagados de ansias de poder y desde el estercolero de su incongruencia ideológica asoman como santurrones redentores, colgando en redes sociales carteles, banners, anuncios que exprese cualquier falacia en contra de todo atisbo de progresismo, al que ahora miran como su adversario político de toda la vida, cuando solo ayer se sirvieron hasta el hartazgo de todos los derechos y beneficios de tal tendencia; e incluso de forma antiética como servidores públicos de dicho gobierno, y no precisamente por méritos. Estos oscuros personajes hoy se los observa en Facebook de lo más furibundos, agresivos e intolerantes, poseedores de la razón absoluta, sin el menor reparo mienten, difaman y responden con la mayor virulencia a quienes se atreven a contradecir su supina ignorancia, con toda la valentía que les ofrece su cómoda posición tras el teclado de su dispositivo.
Más, toda esta actitud, que
envilece, deshumaniza y empobrece a sus protagonistas, al debate ideológico y
desdice de una supuesta cultura medianamente ilustrada, como la que se espera de
alguien que es o ha sido docente, como es el caso de muchos de estos personajes;
no es lo mas deplorable de esta realidad. Lo más lesivo a la inteligencia y a
la ética, de estos simiescos actores políticos es convertirse en parte
conveniente de un fraude intelectual, al fundamentar sus futiles argumentos en
falacias, y parafrasees castradas de contexto, que buscan ocultar la verdad
histórica, económica y política de nuestros pueblos, arrastrando en su
avalancha de falsos positivos ideológicos a una masa de crédulos e incautos,
que por comodidad o incapacidad cognitiva no se atreven a escudriñar bajo las
medias verdades que sujetos interesados las presentan como verdades absolutas.
No es cuestionable el debate
político, en tanto confrontación ideológica con argumentos validos y
consistentes, es loable y enriquecedor, es parte de un proceso dialectico
natural e imprescindible, es la expresión intelectual de las contradicciones económico-sociales
que generan las relaciones sociales de producción. Lo denigrable es lo que se
observa en estos periodos de proselitismo político, tanto en los medios de comunicación
y peor aún en las redes sociales, eso no es debate político, es canibalismo humano,
no político, porque se ataca alevemente a los adversarios a quienes se mira
como enemigos que debe destruirse a toda costa, no importan los medios. Pues al
fin y al cabo esta práctica se ha venido ejecutando de la forma mas burda desde
la misma cúpula del poder, quizá por ello se torna cada vez mas cotidiana y
regular, para ciertos grupos que se sienten protegidos por la arbitrariedad de
lo absurdo, o la asumen porque carecen de argumentos.
Este canibalismo político, no tiene
como objetivo posicionar una ideología o forma de administración política determinada,
en la mayoría de los casos y sobre todo en los pueblos pequeños su mayor interés
es llevar al poder a familiares, amigos o representantes de reducidos
grupúsculos a quienes una vez enquistados en el poder se los utilizará como
cuchara u sonda de succión para aprovechar al máximo los beneficios económicos,
políticos y sociales que se puedan procurar. Estos precandidatos surgen ya de
un fermento corrupto y corruptor, y en el clímax del cinismo fundamentan su
campaña en el combate a la corrupción.
En conclusión, amigas y amigos
lectores, por un mínimo de conciencia social, dignidad ciudadana, y amor propio
abandonemos la pereza intelectual y la comodidad de consumir enlatados que
estropean nuestro intelecto e informémonos de fuentes serias y responsables,
menos farandulescas y superficiales, o simplemente hagamos uso del sentido
común antes de prestarnos como serviles rodapiés de los más rapaces buitres que
pululan en los tejados de cristal de nuestras conciencias.
Fredy Torres A.
Septiembre 15 del 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por su comentario.
Este comentario es de exclusiva responsabilidad de su autor