MANIPULACIÓN Y CONTROL MENTAL A TRAVÉS DEL CINE

Hollywood y el Pentágono copulan en lo oscuro
Pijamasurf

“El cine es el aparato de adoctrinamiento más poderoso inventado hasta la fecha porque simula la realidad al incorporar todas las artes en un mismo flujo, convirtiéndose en una extensión de nuestros sueños, de nuestras imágenes mentales y, por lo tanto, penetra el inconsciente, donde  implanta sus semillas. Esta frase de F.Scott Fitzgerald (citado por Jason Horsley) encierra la magnitud  de esta brujería:
“La películas nos han robado nuestros sueños. De todas las traiciones esta es la peor”.
Sueños minados, mentes militarizadas. Para que el mundo permita que siga sana y campante la industria de la guerra (algo totalmente demente) se necesita una imperceptible lobotomía de la mente global. ¿De qué otra forma aceptaría un joven ir a morir a una tierra lejana solamente para que los CEOs de las grandes compañías petroleras, de los bancos, de las grandes productoras, engrosen los ceros en sus cheques a fin de año? ¿De qué otra forma odiaríamos a los habitantes de un país que no conocemos y que no nos han hecho nada (solo han agredido un supuesto ideal), que viven a miles de kilómetros, si no somos bombardeados mentalmente para conseguir el efecto de que percibamos a estas personas como malignas y pensemos que debemos destruirlas en pro de la libertad o alguna otra abstracción?”

Tomado de la Pupila Insomne. 17/11/2011




MANIPULACIÓN Y CONTROL MENTAL  A TRAVÉS DEL CINE

El texto precedente ilustra una realidad histórica, que prevalece y tiene absoluta vigencia en nuestra  cotidianidad, la gran mayoría de las personas, especialmente quienes sienten apatía por la política  y aún por el posicionamiento político en general, siempre argumentan que prefieren ver una buena película antes que estar escuchando la basura de los noticieros; los jóvenes acuden con frecuencia al cine de violencia que se difunde  en todas las pantallas de la televisión, dvds y otros medios o si no a los videojuegos de guerra que son los más demandados por este sector de la población.
Lo que parece desconocer  o al menos no percatarse este amplísimo grupo humano es que el cine, los videojuegos  y otras formas de entretenimiento similares, son esencialmente una sutil propaganda  de la demencia de la guerra, del poder, discrimen y dominio de un grupo humano minoritario autocalificado como selecto sobre las grandes mayorías, incluidos por supuesto los consumidores inconscientes de estos productos.
La industria del cine norteamericano  se ha desarrollado en una vinculación cada vez más estrecha  con el aparato militar de dicha potencia imperialista, a tal magnitud de constituirse en la mejor maquinaria propagandística de ese monstruo sangriento, que vende la supuesta bondad, heroísmo y valentía del ejército norteamericano a millones de jóvenes  y adultos en todo el mundo haciendo posible que estos terminen  o bien alistándose directamente en el cuerpo militar estadounidense, intentando cumplir el sueño inoculado a través de las películas de ser un valeroso y glorioso soldado norteamericano, o apoyando ideológicamente la labor del sanguinario depredador del norte, justificando y tolerando los asesinatos permanentes que a escala mundial se ejecutan en nombre de la libertad, el honor y otras veleidades bien manejadas.
Desembozadamente el ejército norteamericano, y el andamiaje de inteligencia que representa la CIA, tiene cuerpos de asesores e inspectores que controlan  los guiones y  tramas de los productos de hollywoo, a fin de que respondan directamente a las necesidades e intereses de ese cuerpo represivo en cada momento histórico determinado, tal como se denuncia en el artículo cuyo fragmento se tomo como encabezado  de esta reflexión, así se ha justificado y promocionado mediante el cine los distintos conflictos bélicos que por su intensidad y costo, tanto en vidas como en dinero se han calificado como los más destacados: Segunda guerra mundial, invasiones a Granada, Panamá, Guatemala, Vietnam, Afganistán, Irak, Asesinato de Osama Bin Laden, Libia, etc. A cada una de estas incursiones bélicas corresponde una serie de películas que ocultan toda la sangre y el horror para mostrar una fantasiosa heroicidad, justicia, equidad, solidaridad y magnificencia, que mágicamente tornan al acto criminal en una acción benéfica en pro de la libertad, el respecto y la solidaridad, y la generosidad humana, a través de supuestas historias personales de lealtad, fidelidad y honor,  que construyen prohombres  de entre un montón de soldaditos lobotómicos que al calor de la manipulación mediática nunca pudieron diferenciar la realidad de la fantasía.


Fredy Torres A.
Noviembre 18/11/2011.
torresfrative@hotmail.com

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