COMPROMISO DE AÑO NUEVO
El
tiempo es la infinita concatenación de sucesos y acciones, que constituyen la
realidad holística de la que somos una minúscula parte.
Sin
embargo, lo que hagamos o dejemos de hacer como seres interactuantes e
interactivos, ubicados en el pináculo de la inteligencia, al menos de la vida
conocida, depende, en mucho, el funcionamiento armónico o las abruptas rupturas
de esa realidad que integramos.
Por
ello es importante que valoremos en su precisa dimensión, cada uno de nuestros
actos y omisiones, ya que ellos serán nuestro aporte a este mundo, que es
nuestro creador, y del cual formamos parte, no más ni menos importantes que
otros componentes del mismo; que dicho aporte, sea positivo o negativo, depende
exclusivamente de nosotros, ya que siendo seres pensantes y actuantes, estamos
en capacidad total de comprender el tejido básico del sistema de relaciones,
interacciones y reacciones, en que se sustenta esto que a groso modo llamamos
realidad holística.
En
consecuencia, debe ser nuestra condición de seres humanos inteligentes la que
nos conduzca a decidir, consciente y responsablemente qué actitud tomar frente
a la vida, a los problemas concretos que debemos resolver en nuestro cotidiano
vivir, pues en la forma en que enfrentemos dichos problemas se plasmará la
concepción ideológica que tengamos sobre la vida.
Esto
es, nos sumamos como pasivos corderitos a la corriente de la inconsciencia colectiva, caminando como
autómatas controlados por la publicidad y manipulación emotiva desplegada por
el capitalismo, hacia la consecución de un supuesto efímero, éxito individual,
fundamentado en el ilimitado consumismo, implicando en ello la depredación
voraz de nuestro entorno; o tenemos el valor de empoderarnos de nuestro derecho
de pensar con cerebro propio y elegimos ser diferentes, responsables y
solidarios, diciendo NO a esta corriente masiva de insensatez y auto
destrucción, optando por una práctica diaria diferente, orientada a la satisfacción
de nuestras necesidades reales, más no de aquellas creadas en el contexto de un
mundo fantasioso construido en base a la extrapolación de las emociones y
frustraciones humanas, a medida de los intereses y necesidades de un sistema socioeconómico,
decadente, oprobioso, criminal y excluyente, que a través de la concentración
de los bienes de los bienes y el poder en pocas manos niega el derecho
fundamental a la vida a los demás seres que perviven en dicha estructura.
Es
imprescindible entonces reivindicar con nuestras acciones y pensamiento, el derecho a una existencia plena, que valore al hombre
como ser cumbre de la evolución de las especies, pero en su contexto de
acciones e interacciones vitales, tanto para su supervivencia como la de su
entorno; no sobre, no infra, no dueño, ni tampoco esclavo, sino igual, causa y
efecto de un mismo y único proceso.
Por
tanto en el marco de esta decisión responsable, os invito a empezar este nuevo
año, enfrentando el diario vivir de forma diferente, valorando cada acto, cada
palabra, cada idea; en su contexto natural, es decir por sus antecedentes y
consecuentes, por el lugar que ocupa en ese gran tejido básico infinito, del
que somos parte finita.
NO
más a una visión aislada, egoísta e interesada de la realidad, somos parte de
un todo, y no es nuestra opción dejar de serlo, lo que hagamos o dejemos de
hacer, necesariamente afectará a los demás, y en esta realidad integral, lo que
afecta a los demás, se refleja
forzosamente en el todo, y
necesariamente en cada una de sus partes, vale decir, el daño que
hagamos a nuestro entorno, consciente o inconscientemente, a nosotros mismos
nos lo hacemos.
Por
ello al finalizar este año y comenzar uno nuevo, como espacio de acción e interacción,
os propongo, realizar un compromiso para con nosotros mismos y con la realidad holística de la que formamos parte.
COMPROMISO
DE AÑO NUEVO
En este
especio de vida que hoy empiezo diré:
ü A la visión aislada,
unilateral y egoísta de la realidad.
ü A la pasividad e
indiferencia enfermiza, frente a la inequidad, injusticia y tiranía de los más
fuertes, sobre los demás.
ü A la indolencia e insensibilidad
sobre los actos e ideas que denigran la
dignidad humana.
ü Al maltrato a la vida
en cualquiera de sus formas.
ü A la violencia en sus
múltiples expresiones, porque se opone al derecho a la vida y a la paz.
ü Al abuso, maltrato y
violencia contra los animales y demás seres de la naturaleza.
ü A la comprensión
integral, contextual, de la realidad, de cada una de nuestras acciones,
palabras e ideas.
ü A la solidaridad
corresponsable del desarrollo y bienestar integral de todo ser vivo.
ü A la respuesta
frontal, activa y permanente, ante la inequidad, la tiranía, la injusticia y la
corrupción.
ü A la sensibilidad y
acción solidaria en defensa de los derechos humanos y de la vida, como valores intrínsecos
de la existencia individual y colectiva, no como privilegios corporativos del poder
organizado.
ü A la toma de
conciencia y empoderamiento de nuestro derecho a la vida y dignidad humanas.
ü A la vida, al amor, a
la ternura y a la tolerancia.
ü A la protección, amor
y ternura para los animales y demás seres de la naturaleza.
ü A la conservación,
cuidado y protección de nuestro entorno natural como fuente de vida.
ü Al respeto y aceptación
de la diversidad, como factor imprescindible de la existencia de la realidad integral.
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