Por que estamos de acuerdo con el autor del siguiente artículo, sobre la necesidad de difundir la verdad que permite asumir una posición clara frente a la envestida del imperio sanguinario, y que es nuestro derecho irrenunciable, la resistencia, negándonos a embrutecernos con las mentiras del poder, reproduzco íntegramente la siguiente denuncia investigación periodística.
Fredy Torres A.
Por la vida, la Justicia y la paz.
Por el derecho a la resistencia pacífica a través de la difusión de la verdad.
A propósito de Iraq: Hacer de la verdad resistencia
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Javier Couso
Desde hace tiempo vengo reflexionando sobre el uso de
los eufemismos, lo que me gusta llamar neolengua, en el trabajo ideológico para
la presentación del poder a la población. Queda claro que este sistema que
condena a la pobreza y a la violencia a la mayoría de la población mundial,
solo puede mantenerse con la creación de una realidad inducida que
maquille el horror.
Esta es la base fundamental, a la que
habría que añadir la construcción simbólica cultural a través del
entretenimiento de masas, donde se trabaja el inconsciente a base de emociones
y se forjan las ideas primarias o los arquetipos de la heroicidad.
Es una fórmula simple pero perversa, que
apela a la simpleza de las ideas fuerza y a la reducción de la realidad a un
plano infantil. Una maquinaria perfeccionada año tras año a partir de la
experiencia de dominación y la asunción del ahorro que supone esta guerra
cultural y emocional preventiva, en los medios represivos clásicos.
Goebbels,
ministro de propaganda nazi, fue un maestro en este arte del engaño persuasivo.
Es cierto que formaba parte de una sociedad jerarquizada y militarizada, pero a
la que se pudo llegar gracias a las fórmulas aplicadas por este genio del mal.
Hoy, en medio de nuestras sociedades llamadas libres, se usan métodos parecidos,
mejorados por la bien engrasada democracia mercantilista al estilo Hollywood.
En estos días nos hemos encontrado en
medio de un bombardeo mediático propagandístico sobre una supuesta retirada de
Irak. Y digo supuesta, porque aunque sea una reducción, no supone el total
abandono de las tropas estadounidenses del país.
Según
las informaciones oficiales, inoculadas por los grandes medios, 14000
estadounidenses adscritos a la embajada de EEUU en Bagdad
permanecerán en el país. Aún dando por buena esa cifra, otras fuentes hablan de
la permanencia de casi 50.000 soldados en bases diseminadas por el territorio
iraquí, mantener esa cantidad de personal en un país, no es lo que yo entiendo
por retirada.
A esos miles de efectivos habría que
sumar la presencia de decenas de miles de mercenarios, llamados
eufemísticamente contratistas, la mayoría de los cuales tienen vinculación
directa o indirecta con las tropas que lideraron la invasión y posterior
ocupación de Irak.
Los hechos nos demuestran que no es una
retirada y sí un repliegue táctico propagandístico, enmarcado en la
escenificación de la ficción que convierten en nuestra realidad. En un país en
el que permanecen miles de efectivos de tropas foráneas, regulares o
irregulares, no puede hablarse ni de retirada ni de soberanía.
Es
interesante también poner atención en la dirección de la mirada que ha primado
en esta campaña de propaganda. La centralidad del discurso se ha puesto sobre
la salida de las tropas, difuminando la situación en la que queda Irak después
de tantos años de presencia invasora. Es ahí donde queda claro lo que quieren
ocultar y cómo tratan de ocultarlo.
El
Pentágono y los grandes medios han tenido que asumir cien mil muertos iraquís
para desenfocar la atención del horror que supone la verdadera realidad. Según
los informes de sobremortalidad realizados en 2006 por la Universidad
de Baltimore y actualizados por la organización inglesa ORB [1], más
de un millón de personas han muerto como consecuencia directa de la invasión.
En un país de veintisiete millones de habitantes estos informes científicos nos
revelan que se ha exterminado al 2,5% de la población. Se pretende ocultar un
genocidio.
No quieren que veamos los cuatro
millones de refugiados internos, los dos millones de refugiados externos, la
matanza sistemática de profesores y científicos, el desmantelamiento de la
sanidad, la aparición de enfermedades erradicadas como el cólera, la
segregación en la educación por género, la pérdida de derechos de las mujeres,
la irrupción del sectarismo religioso, la inexistencia de reconstrucción, la
falta de electricidad o agua potable normalizada, el desempleo masivo, etc… Nos
esconden el infierno.
Para la historia, esa que escriben los
vencedores, quedará la retirada. Y esa mentira convertida en realidad por la
amplificación y la repetición, es la neblina que ven la mayoría de las personas
de este mundo. La oscuridad que les impide ver la cara descarnada de los que
dominan este mundo al servicio de la banca y las grandes corporaciones.
Nuestro
deber es disipar la neblina. Dar luz a la oscuridad. Hacer de la verdad nuestra
resistencia. (Tomado de Hablando república)
[1] 650.000 iraquíes muertos a
consecuencia de la ocupación, el 2,5% de la población
Cifras de mortalidad en Iraq tras la invasión de 2003
Más de un millón de iraquíes han muerto desde el inicio de la ocupación
Cifras de mortalidad en Iraq tras la invasión de 2003
Más de un millón de iraquíes han muerto desde el inicio de la ocupación
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