DESPUÉS DE LAS ELECCIONES
Frente
a los resultados, del proceso electoral para elegir autoridades de los
gobiernos seccionales, parroquiales, cantonales y provinciales, realizado el 23 de febrero del 2014, queda una
sensación, por decirlo menos, de incertidumbre, en aquellas personas que no
siendo necesariamente, militantes políticos, de la organización que se alude en
esta reflexión, simpatizamos con una propuesta de gobierno alternativo, que al
menos se acerca a los intereses de las grandes mayorías sociales, sin
enquistarse en los tradicionales grupos de poder y presión social que históricamente
han ostentado el poder en el país.
Es muy complejo pretender
un análisis de la realidad política nacional, desde esta modesta esquina, por
ello, limito este ligero análisis a Piñas y la provincia de El Oro.
Proceso electoral en la parroquia San Roque, del cantón Piñas |
El Movimiento Patria
Altiva y Soberana, (PAIS), tiene entre sus principios fundamentales la democratización de la organización política,
la horizontalidad y el respeto a la diversidad de propuesta y
acción, en el marco de un proyecto político claramente definido; sin embargo, son precisamente esos principios los que se rompieron
en la participación del movimiento en las últimas elecciones, se desdeñó, e
incluso desconoció la labor de la organización de base, del movimiento en el
cantón y la provincia, se reemplazó la democratización por la jerarquización y
la horizontalidad por la verticalidad, a la usanza de la vieja partidocracia,
se realizaron acuerdos en la
estratosfera del poder, dejando de lado la opinión y participación de las bases
sociales del movimiento, se priorizaron figuras políticas individuales,
considerando su supuesta, capacidad de captación de sufragio, despreciando el
poder de la organización política, de las bases del movimiento, como
instrumento fundamental para dar vialidad y sustentabilidad a propuestas de
cambio.
Se impusieron las
alianzas, en base a la capacidad de negociación, política y económica, se
ejerció poder desde la cúpula, enterrando propuestas y opinión de las bases, se generó vacíos y
disociación, rompiendo el circulo de la organización popular, al punto de
empujar a esas bases sociales a adherirse a propuestas, que aun siendo disimiles a sus postulados
ideológicos, los acogieron y dieron el espacio que su movimiento les negó.
Es pertinente que los líderes
del movimiento, reconsideren su accionar, y vuelvan la mirada, sin fanatismos,
sin resentimientos y con la sapiencia de
la rectificación, hacía las bases sociales y políticas de la organización,
privilegiando la participación individual y colectiva, obviando el culto a la
personalidad, del líder carismático, para acoger la propuesta de una nueva
construcción política que se fundamente en el diagnóstico preciso de la
realidad en sus dimensiones, económica, histórica,
social y política, en metas y objetivos concretos, medibles, con estrategias
rigurosas, y a la vez flexibles, donde cada uno de los individuos y colectivos
sociales sean los principales constructores
de ese sueño político alternativo.
Es imperativo
canalizar el caudal intelectual e
interactivo de las bases sociales hacia un proyecto político alternativo, que
devuelva la voz y el poder a su detentor natural, esto es el pueblo organizado,
y para ello debe valorarse más al colectivo, que al liderazgo carismático, que
construye figuras iluminadas, en torno a
quienes se pretende hacer girar a un grupo de adeptos, antes que actores
sociales y políticos, conscientes, responsables e interactivos, capaces de
construir democracia con su participación cotidiana.
Bien pues, os invito a
retomar los principios democráticos y participativos fundamentales de la organización, antes de ser
absorbidos por propuestas tradicionalistas y obsoletas que encarnan lo más
retardatario del pensamiento político ecuatoriano y latinoamericano.
Fredy Torres A.
Piñas, febrero 25 del 2014.
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