¡SI! o ¡NO!




¡SI!       o       ¡NO!



A propósito de la consulta del 4 de febrero, me permito invitarles a reflexionar con mayor profundidad antes de acercarse a ejercitar, quizá el único derecho democrático posible, en este sistema socio económico.

Lo que está en juego no es una persona, su nombre, o su acción, es una visión política, una propuesta de gobernabilidad, conveniente para los sectores económicos más vulnerables, frente a aquella forma de gobierno y visión política hegemónica que se ha impuesto desde las más recalcitrantes fauces del poder, cobijadas bajo la ideología de derecha, que nos ha gobernado, un 99% de nuestro tiempo histórico como república. Reducir la presente contienda electoral a correismo o anticorreismo, a corrupción y anticorrupción, es una severa limitación en la apreciación política, es quedarse en la publicidad del envase, sin indagar la sustancia que contiene, es no ejercitar el pensamiento crítico; para dirimir que sectores sociales ganan y cuales pierden con u otra opción; y luego identificarse en cual de esos sectores se encuentra uno como ciudadano.

Siempre recuerdo con agrado lo que nos decía un experimentado profesor de economía política, en la Universidad Central del Ecuador, cuando ingresamos a lo que en aquel entonces se denominaba propedéutico, asimilable a lo que hoy es la nivelación, a nosotros muchachos, bachilleres recién graduados, aun pensando en que la luna era queso y que los héroes de la televisión representaban la realidad del mundo no nos era fácil entender los vericuetos del poder; por ello y buscando facilitarnos tan ardua labor nos decía:  Verán muchachos, cuando les pidan un juicio sobre una decisión de economía política, que ustedes no entiendan, antes de contestar,  al menos investiguen quien o quienes la apoyan.


Si es a nivel de país o de América Latina y la apoyan los norteamericanos, les conviene a ellos, no a nosotros; si una ley laboral, la apoyan las cámaras, de la industria, la construcción, comercio, (es decir cualquiera de esos clubes de patrones) les conviene a ellos y es perjudicial para los obreros, que somos sus peones. Así que vasta reflexionar sobre quienes apoyan una u otra opción, y sabremos a quién beneficia, o creen ustedes, que  de repente, por obra y gracia de algún milagro,  a los gobernantes del pasado que siempre fijaron el mínimo presupuesto para salud, educación, vivienda, bienestar social, qué entregaron nuestros recursos naturales, a las transnacionales, sin ni siquiera cobrar regalías, que no construyeron hidroeléctricas, para seguir con los negocios familiares de vender energía termoeléctrica al Estado, les importan esos aspectos. Por favor, ¡cuán iluso puede ser un pueblo!
Aquellos, en cuya administración los escándalos de corrupción fueron supra evidentes, donde las pruebas no había que buscarlas, por obvias, donde la corrupción fue institucionalizada, aquellos que destruyeron a mas no poder el medio ambiente, contaminaron las aguas, cometieron genocidios con los pueblos aborígenes, desconocieron la Amazonía a la cual la denominaban despectivamente el Oriente, ahora asoman como defensores del Yasuni, ITT, están contra el estractivismo, y la minería. 

¡Vaya, que no, lo creo!

Los intereses verdaderos, aquellos que no revelan, estos grupos de poder, lo que está tras esta pantalla de la consulta, es la retoma total del poder político del Estado por los grupos económicos dominantes, proimperialistas, poder político, mediante el cual despojarán al Estado de la infraestructura estratégica, construida en este último periodo en beneficio de sus supra chequeras, a través de la privatización, reactivando las viejas doctrinas neoliberales, privatizar las hidroeléctricas, concesionar las carreteras, concesionar los bloques petroleros a las transnacionales de ingrata recordación, abandonar las reformas en el campo educativo, ofrecer servicios estatales gratis o a precios mínimos a la gran empresa, nacional o transnacional, flexibilidad laboral, reducción de presupuesto para salud, justicia, tropas policiales, eliminación de subsidios, privatización del IESS, o al menos captación de los recursos del BIES, esos son los reales intereses, no la colorida farsa que te presentaron en la campaña.

No en vano la gran prensa, sectores económicos pudientes, y líderes de los más distintos matices, muestran una macabra unidad, los unos por volver a tomar el poder absoluto del Estado, para su exclusivo beneficio, enterrando o desterrando todo aquel, o aquello, que les estorba, y los otros por volver a su oficio carroñero, alimentarse de los desperdicios de la mesa del patrón, porque la pesca ilegal, siempre es mejor en aguas turbias, sin reglas de juego, que dificultan la ilegitimidad;  sirviendo siempre al mejor postor.


Fredy Torres Acaro.
Piñas, febrero 2/2018


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