DE ESCÉPTICOS A CÍNICOS


DE ESCÉPTICOS A CÍNICOS
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Emir Sader

ALAI AMLATINA, 30/08/2011.- El escepticismo parece un buen refugio en tiempos en que ya se decretó el fin de las utopías, el fin del socialismo e incluso el fin de la historia. Es más cómodo decir que no se cree en nada, que todo es igual, que nada merece la pena. El socialismo habría devenido en tiranía, la política en corrupción, los ideales en intereses. La naturaleza humana sería esencialmente mala: egoísta, violenta, propensa a la corrupción.

En ese escenario, solo restaría no creer en nada, por lo que es indispensable descalificar todo, adherir a cambalache: nada es mejor, todo es igual. Ejercer el escepticismo significa tratar de afirmar que ninguna alternativa es posible, ninguna tiene credibilidad. Unas son pésimas, otras imposibles. Algunos medios, como ya fue dicho, son máquinas de destruir reputaciones. Porque si alguien es respetable, si alguna alternativa demuestra que puede conquistar apoyos y protagonizar procesos de mejoría efectiva de la realidad, el escepticismo no se justificaría.

En realidad el escepticismo se revela, rápidamente, en la realidad, ser un cinismo, tanto el uno como el otro, una justificación para la inercia, para dejar que todo continúe como está. Aún más que el escepticismo-cinismo está al servicio de los poderes dominantes, que acostumbran emplear esos otavinhos (1) dándoles espacio y empleo.

Su discurso es que el mundo está cada vez peor, al borde de la catástrofe ecológica -todo se desmorona- y otros cataclismos. Promueven esa visión pesimista, incitan al escepticismo y a sumarse a la inercia, que permite que los poderosos sigan dominando, los explotadores sigan explotando, los engañadores –como ellos– sigan engañando.

Por más que digan que todo está peor, que el siglo pasado fue un horror –como si el mundo estuviera mejor en el siglo XIX-, que nada merece la pena, no pueden analizar la realidad en concreto. Para no ir más lejos, basta contemplar América Latina, tema sobre el cual la ignorancia de esa gente es especialmente acentuada. Imposible no considerar que el siglo XX fue el más importante de su historia, el primero en que la región comenzó a ser protagonista de su historia. De economías agro exportadoras, se avanzó a economías industrializadas en varios países, a la urbanización, a la construcción de sistemas públicos de educación y de salud, al desarrollo del movimiento obrero y de los derechos de los trabajadores.

Pero bastaría concentrarnos en el periodo reciente, en el mundo actual, para darnos cuenta de que las sociedades latinoamericanas –el continente más desigual del mundo– o por lo menos la mayoría de ellas, avanzaron mucho en la superación de las desigualdades y de la miseria. Aún más en contraste con los países del centro del capitalismo, referencia central para los escéptico-cínicos, que giran en falso en torno a políticas que América Latina ya superó.

Las poblaciones de Venezuela, Bolivia, Ecuador, están viviendo mejor que antes de los gobiernos de Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa. La Argentina de los Kirchner está mejor que la de Menem. El Brasil de Lula y de Dilma está mejor que el de Fernando Henrique Cardoso.

Pero el escepticismo-cinismo desconoce la realidad concreta, no conoce la historia. Es pura ideología, estado de ánimo, que da cabida a los poderosos, partido que escogieron, al optar por dejar el mundo como está. Trata de difundir sentimientos de angustia frente a los problemas del mundo, pero es solo un cebo para transmitir mejor su compromiso para que el mundo no cambie, continúe igual. Incluso porque la vida está bien buena para ellos que comen de la mano de los ricos y poderosos.

Ser optimista no es desconocer los graves problemas de todo orden que vive el mundo, no porque la naturaleza humana sea mala por esencia, sino porque vivimos en un sistema centrado en el lucro y no en las necesidades humanas: el capitalismo, en su fase neoliberal. Desconocer las raíces históricas de los problemas, no comprender que es un sistema construido históricamente y que, por lo tanto, puede ser desconstruido, que tuvo un comienzo, tiene un punto medio y puede tener un final. Que la historia humana es siempre un proceso abierto a alternativas y que triunfan aquellas que logran superar ese escepticismo-cinismo que lleva agua a su molino para dejar todo como está, apuntando a la acción consciente, organizada, solidaria de los hombres y mujeres concretamente existentes. (Traducción ALAI)

- Emir Sader, sociólogo y cientista brasileño, es secretario ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

(1) (NDLT) En Brasil, personajes típicos del neoliberalismo, que promueven el desencanto de la izquierda para intentar imponer la idea del tango Cambalache: Nada es mejor, nada todo es igual.

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Fredy Torres
30/12/2011

DESIGUALDAD SOCIAL Y REPARTO INJUSTO


DESIGUALDAD SOCIAL Y REPARTO INJUSTO

Frei Betto


ALAI AM LATINA, 21/02/2011.- Entre los 15 países más desiguales del
mundo, 10 se encuentran en América Latina y el Caribe. Atención: no
confundir desigualdad con pobreza. La desigualdad procede de la
distribución desproporcionada de la riqueza entre la población. El más
desigual es Bolivia, seguido de Islas Comoras, Madagascar, Sudáfrica,
Haití, Tailandia, Brasil (7° lugar), Ecuador, Uganda, Colombia,
Paraguay, Honduras, Panamá, Chile y Guatemala. La ONU reconoce que en
los últimos años ha habido una reducción de la desigualdad en el Brasil.
En nuestro continente los países con menor desigualdad social son Costa
Rica, Argentina, Venezuela y Uruguay.
En América Latina la riqueza está demasiado concentrada en manos de una
minoría de la población, los más ricos. Se citan como causas principales
la falta de acceso de la población a los servicios básicos, como
transporte y salud; los bajos salarios; la estructura fiscal injusta
(los más pobres pagan, proporcionalmente, más impuestos que los más
ricos); y la precariedad del sistema educativo.
En el Brasil el nivel de escolaridad de los padres influye en un 55%
sobre el nivel educativo que alcanzarán los hijos. En una casa sin
libros, por ejemplo, el hábito de lectura de los hijos tiende a ser
inferior al de la familia que tiene biblioteca.
En América Latina la desigualdad se ve agravada por las discriminaciones
racial y sexual. Las mujeres negras e indígenas son, por lo general, más
pobres. El número de personas obligadas a sobrevivir con menos de un
dólar por día es dos veces mayor entre la población indígena y negra,
comparada con la blanca. Y las mujeres reciben menor salario que los
hombres desempeñando el mismo tipo de trabajo, además de que trabajan
más horas y se dedican más a la economía informal.
Gracias a la llegada de gobiernos democráticos populares, en los últimos
años el gasto público con políticas sociales alcanzó, en general, un 5%
del PIB de los 18 países del continente. Del 2001 al 2007 el gasto
social por habitante aumentó un 30%.
Hoy en el Brasil un 20% de las entradas de las familias proviene de
programas de transferencia de dinero del poder público, como
jubilaciones, Bolsa Familia y asistencia social. Según el IPEA, en 1988
esas transferencias representaban el 8.1% de la entrada familiar per
capita. De ahí para acá, gracias a los programas sociales del gobierno,
21.8 millones de personas salieron de la pobreza extrema.
Esa política de transferencia de dinero ha compensado las pérdidas
sufridas por la población en las décadas de 1980-1990, cuando los
salarios se vieron deteriorados por la inflación y el desempleo. En 1978
apenas un 8.3% de las familias brasileñas recibían recursos
gubernamentales; en el 2008 el índice subió hasta el 58.3%.
La transferencia de recursos del gobierno a la población no se da sólo
en los estados más pobres. El de Rio de Janeiro ocupa el cuarto lugar
entre los beneficiarios (25.5% de las familias), precedido por el Piauí
(31.2%), Paraíba (27.5%) y Pernambuco (25.7%). Lo cual se explica por el
hecho de que el estado fluminense alberga un gran número de ancianos,
superior a la media nacional, que dependen de jubilaciones pagadas por
el erario público.
Hoy día en todo el Brasil 82 millones de personas reciben pensiones del
poder público. Aparentemente, el Brasil es una auténtica madre para los
jubilados. Sólo en apariencia. La Encuesta de Presupuestos Familiares
del IBGE demuestra que, para los servidores públicos más ricos (con una
entrada mensual superior a los US$ 5,000), las pensiones representa un
9% de sus entradas mensuales. Mientras que para las familias más pobres
(con entradas de hasta US$ 450), el porcentaje de jubilaciones y
pensiones de la seguridad pública sólo alcanza el 0.9%.
En el caso del INSS las jubilaciones y las pensiones representan el
15.5% del total de familias que reciben cada mes hasta US$ 450; tres
veces más que el grupo de los más ricos (ganancias por arriba de US$
5,000), cuya participación es del 5%.
El problema del sistema previsional brasileño se encuentra en el pago a
los servidores públicos, especialmente de las áreas judicial,
legislativa y de las fuerzas armadas, cuyos militares de alta graduación
todavía siguen gozando del privilegio absurdo de poder transferir, como
herencia, el beneficio a las hijas solteras.
Para Marcelo Neri, del Centro de Políticas Sociales de la Fundación
Getulio Vargas, en el Brasil “el Estado esparce dinero a manos llenas. A
la hora de abrir la mano a los pobres, sólo reparte monedas; pero a la
hora de tocarles a los ricos, echa mano de billetes de cien. Es así una
especie de beca para las clases A y B, que tienen el 18.9% de sus
entradas procedentes de sus jubilaciones. El pobre necesitado debiera de
ser quien más recibiera del gobierno. Mediante el actual sistema
previsional promocionamos la desigualdad”.
La esperanza es que la presidenta Dilma promueva reformas estructurales,
incluida la de la previsión, exonerando al 80% de la población (los más
pobres) y gravando al 20% más rico, que concentra en sus manos cerca del
65% de la riqueza nacional. (Traducción de J.L.Burguet)
Frei Betto es escritor, autor de “Sobre la esperanza”, junto con Mario
Sergio Cortella, entre otros libros. 
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twitter:@freibetto.

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¿Libia: sangre, sudor y lágrimas?



¿Libia: sangre, sudor y lágrimas?

Atilio Boron

ALAI AMLATINA, 23/08/2011.- La suerte del régimen libio está echada. A estas horas la única cuestión pendiente es el destino de Muammar Gadafi: ¿se rendirá o luchará hasta el fin?, ¿será Allende o Noriega?, ¿vivo o muerto? y, si vivo, ¿qué le espera? El exilio es altamente improbable: no tiene quien lo reciba y, además, su inmensa fortuna, depositada en bancos de Estados Unidos, Inglaterra, Francia e Italia está bloqueada. Lo más probable será que siga la suerte de Slobodan Milosevic y termine enfrentando las acusaciones del Tribunal Penal Internacional (TPI), que lo acusará por genocida al haber ordenado a sus tropas que disparen contra de su pueblo.
Haciendo gala de una obscena doble moral, el TPI va a acoger una petición de un país, Estados Unidos, que no sólo no ha firmado el tratado y que no le reconoce jurisdicción sobre sus nacionales sino que lanzó una pertinaz campaña en contra del mismo obligando más de un centenar de países de la periferia capitalista a renunciar a su derecho a denunciar ante el TPI a ciudadanos norteamericanos responsables de violaciones semejantes -o peores- que las perpetradas por Gadafi.
Una infamia más de un supuesto "orden mundial" que se está cayendo en pedazos gracias a los continuos atropellos de las grandes potencias. Y una lección para todos aquellos que confían –como en su momento lo hizo la Argentina de los noventas- en que consintiendo las "relaciones carnales" con el imperialismo se gozaría para siempre de su protección. Craso error, como se comprobó en el derrumbe de la Convertibilidad y como hoy lo experimenta en carne propia Gadafi, atónito ante la ingratitud de aquellos de quienes se había convertido en obediente peón.
Siendo esto así, ¿por qué Obama, Cameron, Sarkozy y Berlusconi le soltaron la mano? En primer lugar, por oportunismo. Esos gobiernos, que se habían alineado incondicionalmente con Mubarak en Egipto durante décadas, cometieron el error de subestimar el fervor insurreccional que conmovía a Egipto. Cuando cambiaron de bando, dejando en la estacada a su gendarme regional, su desprestigio ante la revolución democrática se hizo ostensible e irreparable. En Libia tuvieron la ocasión de reparar ese mal paso, facilitado por la brutal represión que Gadafi descargó en las primeras semanas de la revuelta. Esto ofreció el pretexto que estaban buscando para desencadenar la no menos brutal intervención militar de la OTAN -con su funesta secuela de víctimas civiles producto de los "daños colaterales" de sus “bombas inteligentes”- y, por otro lado, dando pie al inicio de las actuaciones del TPI a cuyo fiscal general ni por asomo se le ocurriría citar al comandante de la OTAN para rendir cuentas ante crímenes tanto o más monstruosos que los perpetrados por el régimen libio.
En una entrevista reciente Samir Amin manifestó que toda la operación montada en contra de Gadafi no tiene que ver con el petróleo porque las potencias imperialistas ya lo tienen en sus manos. Su objetivo es otro, y esta es la segunda razón de la invasión: "establecer el Africom (el Comando Militar de Estados Unidos para África) actualmente con sede en Stuttgart, Alemania, dado que los países africanos, no importa lo que se piense de ellos, se negaron a aceptar su radicación en África."
Lo que requiere el imperialismo es establecer una cabeza de playa para lanzar sus operaciones militares en África. Hacerlo desde Alemania aparte de poco práctico es altamente irritativo, por no decir ridículo. Ahora tratarán de que el régimen lacayo que se instale en Trípoli acepte la amable “invitación” que seguramente le cursará la OTAN. De todos modos, el operativo no será para nada sencillo, entre otras cosas porque el Consejo Nacional de la Transición (CNT) es un precipitado altamente inestable y heterogéneo de fuerzas sociales y políticas débilmente unidos por la argamasa que sólo le proporciona su visceral rechazo a Gadafi, pese a que no son pocos quienes hasta hacía pocos meses se contaban entre sus más obsecuentes y serviles colaboradores.

Hay fundadas sospechas para creer que el asesinato aún no aclarado del ex jefe militar de los rebeldes, Mohammed Fatah Younis, ex ministro del Interior de Khadafy y ex comandante de las fuerzas especiales libias, fue causado por un sector de los rebeldes en represalia por su actuación en el aplastamiento de una revuelta islamista en la década de los noventas.

Otro ejemplo, no menos esclarecedor que el anterior, lo ofrece el mismísimo presidente del CNT. Según Amin, Mustafá Abdel Jalil es “un curioso demócrata: fue el juez que condenó a las enfermeras búlgaras a la muerte antes de ser promovido a Ministro de Justicia por Gaddafi," cargo en el que se desempeñó desde 2007 hasta 2011.
El CNT, en suma, es un bloque reaccionario y oportunista, integrado por islamistas radicales, socialistas " (estilo Zapatero o Tony Blair"), nacionalistas (sin nación, porque Libia no lo es) y, como señala el analista internacional Juan G. Tokatlian, "bandidos, empresarios, guerrilleros y ex militares" para ni hablar del faccionalismo tribal y étnico que ha marcado desde siempre la historia de ese territorio sin nación que es Libia. Por eso no existen demasiadas razones para suponer que el CNT inaugurará un período democrático. Sus miembros no tienen mejores credenciales que Gadaffi y pesa sobre ellos la irredimible infamia de haber invitado a las potencias imperialistas a bombardear sus ciudades y aldeas para viabilizar su derrocamiento. Por eso, lo más probable es que una vez derrotado el régimen las sangrientas luchas intestinas y la ingobernabilidad resultante tornen inevitable para las potencias imperialistas entrar en otro pantano, como Irak y Afganistán, para establecer un mínimo de orden que permita organizar su rapiña. Desgraciadamente, lo que le espera a Libia no es la democracia sino un turbulento protectorado europeo-norteamericano y, como dijera Winston Churchill de su país en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, sangre, sudor y lágrimas.
- Dr. Atilio Boron, director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED), Buenos Aires, Argentina www.centrocultural.coop/pled http://www.atilioboron.com

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HAMBRE EN SOMALIA


HAMBRE EN SOMALIA
30 mil niños y niñas han muerto ya por hambre. 800 mil esperan la muerte en pocos días.

¿Encuentras a Somalia en el mapa? Es un país pequeño, en el llamado cuerno de África, con diez millones de habitantes.
Es también tu país, porque en Somalia y los países vecinos, nacieron los primeros seres humanos, antepasados de toda la humanidad. Y desde Somalia y los países vecinos migraron y fueron habitando todo el planeta.
Somalia, como toda África, fue la gran víctima de Europa. Durante cinco siglos los países europeos traficaron carne humana. Arrancaron de su tierra a millones de seres humanos y los vendieron como animales en los puertos de América. El repugnante comercio de esclavos y esclavas duró hasta hace muy poco, hasta finales del siglo 19.
Todavía en el siglo 19, Somalia era colonia de Inglaterra, Italia y Francia. En 1960, después de haber saqueado todo lo posible, los países colonizadores aceptaron la independencia de la República de Somalia.
La tranquilidad duró poco. Apenas nueve años después de proclamada la independencia, el golpe militar de Siyad Barre acabó con la naciente democracia. Siyad Barre fue, a su vez, derrocado en 1991. Y desde entonces hasta hoy dura la guerra civil entre los clanes. Veinte años de violencia que han dejado al país en ruinas con más de 300 mil muertos y un millón y medio de desplazados.
Somalia es hoy un país sin instituciones ni ley. Transparencia Internacional lo ha calificado como el más corrupto del mundo. El más empobrecido del mundo también.
A la guerra entre los clanes, se sumó la intervención norteamericana, los acostumbrados abusos del Fondo Monetario y el Banco Mundial, y las atrocidades cometidas por los cascos azules de Naciones Unidas.
Y a esto se sumó el fanatismo religioso de la milicia de Al Shabab que pretende instalar un régimen islámico con la “sharia”, una ley intolerante que prohíbe la música, el fútbol y los sujetadores. Una ley despiadada hacia las mujeres y hacia los extranjeros.
Y al fanatismo religioso se sumaron los bombardeos norteamericanos buscando terroristas y la venta libre de armas en Mogadiscio, la capital.
Y a tantas calamidades se suma ahora la sequía, la peor en décadas. Paisajes desérticos, árboles secos, pueblos enteros sin una gota de agua, animales muertos por los caminos. Niños muertos también.
Hambre en Somalia. Miles y miles huyen cada día hacia la capital, Modadiscio. Hacia Kenia, hacia cualquier parte. En estos tres últimos meses, han muerto 30 mil niños y niñas por hambre. 800 mil más están condenados a morir en pocos días.
Hambre en Somalia y cinismo en los países ricos. Un avión bombardero B-2 cuesta 2,400 millones de dólares. Con el precio de un solo avión B-2 podrían comer los 800 mil niños y niñas somalíes, los condenados a muerte por hambre. Podrían comer durante cinco años.
Los países que más saquearon a Somalia fueron Inglaterra, Italia y Francia. Estos tres países tienen un presupuesto militar anual de 200 mil millones de dólares. Solamente con que renunciaran al 1 por ciento de ese gasto militar, sólo con el 1 por ciento, podrían salvarse las vidas de todos los niños y niñas de Somalia.
El presidente Obama, que no tuvo reparos en recibir el Premio Nobel de la Paz, presentó el presupuesto militar gringo para el 2011, el mayor de toda la historia. Un presupuesto de 700 mil millones de dólares. Con ese presupuesto podría comer toda la población de Somalia, los diez millones de somalíes, durante 100 años.
Cinismo de los gobiernos que se llaman cristianos. Y cinismo de las iglesias que se llaman cristianas. El Papa Benedicto 16 exhortó al mundo a no olvidarse de las víctimas de la hambruna africana. Pero la visita del Papa a Madrid ha costado 60 millones de euros. Con ese dinero se salvarían miles de vidas africanas.
Está bien. Que el Papa viaje a Madrid. ¿Y por qué, antes de viajar, no subastó una de las innumerables y ostentosas custodias que se amontonan en el Vaticano, custodias fundidas con oro y diamantes robados de África? Con el precio de una de esas joyas inútiles podrían comer todos los niños y niñas de Somalia, que son los verdaderos templos de Dios.
Resumen publicado por Radialistas Apasionadas y apasionados 22/08/2011.
Tomado para el blogs, por: Fredy Torres A.

COBROS ILEGALES EN INSTITUCIONES EDUCATIVAS

COBROS ILEGALES EN INSTITUCIONES

 EDUCATIVAS

La constitución de Montecrísti establece la gratuidad plena de la educación pública en el Ecuador, como principio básico que permita el acceso a este derecho fundamental de todos los ecuatorianos, y hacia ese objetivo   ha orientado gran parte del esfuerzo, acción y recursos el Gobierno de la Revolución Ciudadana, buscando cumplir en la práctica con este mandato constitucional.
Se ha incrementado notablemente el presupuesto en educación, se han creado programas complementarios que coadyuven a este propósito, tales como el  desayuno escolar, tejiendo el buen vivir, libros gratuitos, se ha ampliado la cobertura de becas escolares, entre otras  efectivas acciones estatales.
sin embargo en las instituciones educativas, se persiste en viejas prácticas de recaudación de fondos  que vulneran abiertamente el derecho de las y los ecuatorianos  a una educación gratuita de calidad y calidez, tal como lo dispone la Constitución, violando expresas normas legales, diversos cuerpos jurídicos y claras disposiciones ministeriales.
Siguen solicitándose aportes económicos a los estudiantes y padres de familia para pago a docentes, de las llamadas asignaturas generales o complementarias, como idiomas (inglés, computación, etc.), contratar ayudantes para el docente titular en cursos cuyo número de estudiantes esta dentro de los rangos  permitidos, (32 estudiantes en este caso concreto) rifas para proveer de vajilla y  otros enseres a la institución, y más imposiciones económicas, para tantos propósitos como fértil sea la imaginación, de quienes así lo imponen.
es inadmisible que las autoridades de Educación continúen tolerando estas prácticas perversas por parte de directivos y docentes de establecimientos educativos, que bajo  sutiles pretextos  de atribuir tales iniciativas a los padres de familia, violen impunemente la normatividad legal vigente, respecto a la gratuidad de la educación, y lo que es peor aún atropellen el derecho de las niñas, niños y adolescentes al buen trato, a la igualdad y a la no discriminación por razones económicas, ya que si bien  estas imposiciones muchas escuelas y colegios las  presentadas como “voluntarias”, no es menos cierto que los niños y adolescentes, cuyos padres se resisten a pagar dichas cuotas, reciben un trato diferente, discriminatorio, tanto por parte de los docentes, como de los directivos de padre de familia y aún de los mismos compañeros que los señalan como estudiantes de segunda, minimizándolos  y afrentándoles su desventaja económica; lo cual disminuye seriamente la autoestima de los niños, dejando marcas difíciles de borrar. ¡No olvidemos que hablamos de escuelas públicas!, no de pelucones, o sea privadas.
Es hora entonces de demostrar voluntad y decisión de hacer cumplir la ley y de llevar a efectiva concreción los postulados del nuevo proyecto de gobierno para todos, realizando las acciones legales y administrativas pertinentes, que frenen estas prácticas abusivas e inconstitucionales, en forma oportuna.


Fredy B. Torres A.
C.I. 0702073503
Telf. 086213282

LA DEMOCRACIA EN EL ECUADOR


LA DEMOCRACIA EN EL ECUADOR

La democracia surge como una práctica de gobierno alternativa, en oposición a las monarquías y gobiernos autocráticos que se fundamentan  en la concentración del poder absoluto en el gobernante.
La Revolución Francesa del siglo XVIII se constituyo en la reestructuración ideológica  social del pensamiento político, para adecuarlo a las necesidades filosófico políticas del capitalismo emergente, necesidades que se expresaban explícitamente en el ideario de la revolución: Libertad, Igualdad y Fraternidad; valores necesarios para  la consolidación del nuevo sistema económico social que se extendió rápidamente por  los pueblos del mundo, (con muy pocas excepciones) como respuesta al decadente feudalismo monárquico, autoritario y absolutista.
Uno de los teóricos notables de esta etapa  evolutiva del pensamiento político es Juan Jacobo Rousseau, que en su tesis sobre el derecho Político, planteada en su obra “El Contrato Social”[1]  recupera el concepto de democracia  expuesto en la Polis griega, para perfeccionarla y aplicarla al estado moderno, al que concebía como un pacto social, entre los ciudadanos y el gobierno o administración.
El estado moderno que encarna la democracia como forma ideal de gobierno, surge como experiencia política en la Francia del siglo XVIII preconizando los ya mencionados valores filosófico políticos de la revolución; libertad  para producir, comercializar y contratar, en forma autónoma e individual, sin la necesidad de otras tutelas, igualdad de derechos ante la ley, traducida en la capacidad individual de comprar, vender, contratar, etc, sin impedimentos; y finalmente la fraternidad como principio que facilita la asociación de individuos con intereses y necesidades  comunes o coincidentes. 
Evidentemente es un importante avance frente al discrimen social a que estaba sometido el pueblo llano o tercer estado, antes de la revolución, sin embargo en este nuevo sistema pronto se convertirá en un instrumento de explotación y discrimen que hasta hoy agobia a más del 80% de la población mundial.
Con estos antecedentes se propone la democracia como un modelo teórico de gobierno, perfecto, donde el poder descansa en el pueblo, a quien se concibe como depositario de “la majestad del poder” bajo esta óptica todo sistema democrático, básicamente deberá estar integrado  con tres  elementos distributivos del poder, donde ninguno prevalece y se controlan mutuamente, concebidos como funciones diferentes pero a su vez partes de un mismo proyecto de gobierno, estas son: La función legislativa, la ejecutiva y la judicial; la primera está constituida (supuestamente) por los representantes de los diferentes grupos económicos, políticos, culturales, sociales e incluso étnicos y geográficos que cohabitan en el país, entre sus atribuciones principales está la de legislar y fiscalizar las acciones de las demás funciones del poder.  La función ejecutiva representada por el mandatario o Presidente, es la encargada de ejecutar aquellas acciones que emanan de la función legislativa, y del cuerpo jurídico que norma la acción del estado, así como la administración directa de los recursos del Estado; la función judicial es la encargada  de vigilar el estricto cumplimiento de la Ley, tanto en la administración pública como en todos y cada uno de los ciudadanos.

Si bien lo señalado es la estructura básica de un modelo de Gobierno democrático, el acumulado empírico, producto de la praxis social, el avance de la teoría sociológica de la gobernabilidad, la presencia y participación de nuevos actores políticos en la sociedad; propicia el perfeccionamiento del sistema democrático de gobierno en varios países como el nuestro.
Por ello,  la actual constitución ecuatoriana, establece una composición del sistema democrático mucho más amplia y compleja que la anteriormente señalada, organizando el poder en cinco diferentes espacios de gobierno que busca garantizar el ejercicio de la voluntad popular y  la reducción de la corrupción.
Función Legislativa, Función Ejecutiva, Función Judicial y Justicia Indígena, Función de transparencia y control social, Función electoral.[2]
Buscando la posibilidad de una participación  más efectiva d la ciudadanía  en la toma de decisiones del estado, a fin de alcanzar una democracia participativa y no únicamente representativa, como la que actualmente se practica.
Un sistema de gobierno, que no solo proclame  que el pueblo es el depositario de la soberanía y el poder de decisión, sino que esa majestad popular deje de ser una mera proclama que se expresa únicamente en el ejercicio del sufragio, sino que se traduzca en el control del poder mediante la  participación real de las y los ciudadanas/os tal como se propone en la  Nueva Carta Política fundamental, estableciendo funciones como la de transparencia y control social, que permite a los ciudadanos acceder a toda la información pública sin restricciones y otros organismos como el Concejo de Participación Social, cuyo objetivo  es fomentar la  acción ciudadana en forma efectiva.
Hasta aquí se ha realizado un breve análisis del planteamiento democrático como una propuesta teórica fundamental del estado capitalista moderno, sin embargo, si nos ubicamos  en la práctica social de esta forma de gobierno,  se observan notables distancias entre la teoría y la praxis social.
En el sistema democrático representativo, que es el que se practica (y por cierto con graves deficiencias) el sufragio es el mecanismo democrático más ejercido, mas tal práctica no implica ejercicio real de poder popular, por numerosas circunstancias; primero porque las campañas electorales se han convertido en un mercado donde se vende la imagen de los candidatos o las propuestas, haciendo uso  de las técnicas publicitarias que manipulan  impunemente la conciencia ciudadana, mediante frases, imágenes y símbolos que casi nunca corresponden a la verdad de la propuesta.
Otro factor a considerar es por una parte, la voluntad política del candidato que ha podido captar la mayor votación, de ejecutar la propuesta política expuesta en campaña, la otra parte corresponde a que  la estructura organizativa del estado controlada históricamente por el poder económico y político dominante le permita al mandatario  ejecutar la indicada propuesta; dado que lo más frecuente es que si las propuestas responden a un clamor social se opongan a los intereses de las oligarquías criollas y sus aliados internacionales, por lo que siempre serán denostadas y  obstaculizadas.
La democracia a la que debe aspirar es la acción política en la que la toma de decisiones pueda realizarla la ciudadanía, haciendo prevalecer la voluntad e intereses de la mayoría, respetando el derecho de las minorías, en aquello que se coherente con un proyecto de patria inclusivo, pluralista, diverso y a la vez unitario.
Más estimo que esto es un enunciado utópico, en un sistema extraccionista, consumista, estructuralmente violento, e inequitativo, como el que vivimos.
Pues aún en los llamados países desarrollados estas contradicciones se agudizan y se expresan como inconformidad de los sectores oprimidos, ante la permanente concentración de los recursos económicos en la elite y el deterioro de la calidad de vida de los más. (Movimiento de los Indignados)

Fredy Torres A.
1/07/2011.



[1] Rousseau,  J. J. (2003) El Contrato Social, Principios De Derecho Político, Bogotá: Edit. Progreso.
[2] Constitución Política del Ecuador, (2008) Asamblea Nacional, Montecrísti

LOS 47 MEDIOS DE COMUNICACIÓN QUE RECIBIERON DINERO DE LA USAID PARA ALINEARSE A LOS INTERESES DE EE.UU Y DESACREDITAR AL PROGRESISMO EN ECUADOR

  LOS 47 MEDIOS DE COMUNICACIÓN QUE RECIBIERON DINERO DE LA USAID PARA ALINEARSE A LOS INTERESES DE EE. UU Y DESACREDITAR AL PROGRESISMO EN ...