LA DEMOCRACIA EN EL ECUADOR


LA DEMOCRACIA EN EL ECUADOR

La democracia surge como una práctica de gobierno alternativa, en oposición a las monarquías y gobiernos autocráticos que se fundamentan  en la concentración del poder absoluto en el gobernante.
La Revolución Francesa del siglo XVIII se constituyo en la reestructuración ideológica  social del pensamiento político, para adecuarlo a las necesidades filosófico políticas del capitalismo emergente, necesidades que se expresaban explícitamente en el ideario de la revolución: Libertad, Igualdad y Fraternidad; valores necesarios para  la consolidación del nuevo sistema económico social que se extendió rápidamente por  los pueblos del mundo, (con muy pocas excepciones) como respuesta al decadente feudalismo monárquico, autoritario y absolutista.
Uno de los teóricos notables de esta etapa  evolutiva del pensamiento político es Juan Jacobo Rousseau, que en su tesis sobre el derecho Político, planteada en su obra “El Contrato Social”[1]  recupera el concepto de democracia  expuesto en la Polis griega, para perfeccionarla y aplicarla al estado moderno, al que concebía como un pacto social, entre los ciudadanos y el gobierno o administración.
El estado moderno que encarna la democracia como forma ideal de gobierno, surge como experiencia política en la Francia del siglo XVIII preconizando los ya mencionados valores filosófico políticos de la revolución; libertad  para producir, comercializar y contratar, en forma autónoma e individual, sin la necesidad de otras tutelas, igualdad de derechos ante la ley, traducida en la capacidad individual de comprar, vender, contratar, etc, sin impedimentos; y finalmente la fraternidad como principio que facilita la asociación de individuos con intereses y necesidades  comunes o coincidentes. 
Evidentemente es un importante avance frente al discrimen social a que estaba sometido el pueblo llano o tercer estado, antes de la revolución, sin embargo en este nuevo sistema pronto se convertirá en un instrumento de explotación y discrimen que hasta hoy agobia a más del 80% de la población mundial.
Con estos antecedentes se propone la democracia como un modelo teórico de gobierno, perfecto, donde el poder descansa en el pueblo, a quien se concibe como depositario de “la majestad del poder” bajo esta óptica todo sistema democrático, básicamente deberá estar integrado  con tres  elementos distributivos del poder, donde ninguno prevalece y se controlan mutuamente, concebidos como funciones diferentes pero a su vez partes de un mismo proyecto de gobierno, estas son: La función legislativa, la ejecutiva y la judicial; la primera está constituida (supuestamente) por los representantes de los diferentes grupos económicos, políticos, culturales, sociales e incluso étnicos y geográficos que cohabitan en el país, entre sus atribuciones principales está la de legislar y fiscalizar las acciones de las demás funciones del poder.  La función ejecutiva representada por el mandatario o Presidente, es la encargada de ejecutar aquellas acciones que emanan de la función legislativa, y del cuerpo jurídico que norma la acción del estado, así como la administración directa de los recursos del Estado; la función judicial es la encargada  de vigilar el estricto cumplimiento de la Ley, tanto en la administración pública como en todos y cada uno de los ciudadanos.

Si bien lo señalado es la estructura básica de un modelo de Gobierno democrático, el acumulado empírico, producto de la praxis social, el avance de la teoría sociológica de la gobernabilidad, la presencia y participación de nuevos actores políticos en la sociedad; propicia el perfeccionamiento del sistema democrático de gobierno en varios países como el nuestro.
Por ello,  la actual constitución ecuatoriana, establece una composición del sistema democrático mucho más amplia y compleja que la anteriormente señalada, organizando el poder en cinco diferentes espacios de gobierno que busca garantizar el ejercicio de la voluntad popular y  la reducción de la corrupción.
Función Legislativa, Función Ejecutiva, Función Judicial y Justicia Indígena, Función de transparencia y control social, Función electoral.[2]
Buscando la posibilidad de una participación  más efectiva d la ciudadanía  en la toma de decisiones del estado, a fin de alcanzar una democracia participativa y no únicamente representativa, como la que actualmente se practica.
Un sistema de gobierno, que no solo proclame  que el pueblo es el depositario de la soberanía y el poder de decisión, sino que esa majestad popular deje de ser una mera proclama que se expresa únicamente en el ejercicio del sufragio, sino que se traduzca en el control del poder mediante la  participación real de las y los ciudadanas/os tal como se propone en la  Nueva Carta Política fundamental, estableciendo funciones como la de transparencia y control social, que permite a los ciudadanos acceder a toda la información pública sin restricciones y otros organismos como el Concejo de Participación Social, cuyo objetivo  es fomentar la  acción ciudadana en forma efectiva.
Hasta aquí se ha realizado un breve análisis del planteamiento democrático como una propuesta teórica fundamental del estado capitalista moderno, sin embargo, si nos ubicamos  en la práctica social de esta forma de gobierno,  se observan notables distancias entre la teoría y la praxis social.
En el sistema democrático representativo, que es el que se practica (y por cierto con graves deficiencias) el sufragio es el mecanismo democrático más ejercido, mas tal práctica no implica ejercicio real de poder popular, por numerosas circunstancias; primero porque las campañas electorales se han convertido en un mercado donde se vende la imagen de los candidatos o las propuestas, haciendo uso  de las técnicas publicitarias que manipulan  impunemente la conciencia ciudadana, mediante frases, imágenes y símbolos que casi nunca corresponden a la verdad de la propuesta.
Otro factor a considerar es por una parte, la voluntad política del candidato que ha podido captar la mayor votación, de ejecutar la propuesta política expuesta en campaña, la otra parte corresponde a que  la estructura organizativa del estado controlada históricamente por el poder económico y político dominante le permita al mandatario  ejecutar la indicada propuesta; dado que lo más frecuente es que si las propuestas responden a un clamor social se opongan a los intereses de las oligarquías criollas y sus aliados internacionales, por lo que siempre serán denostadas y  obstaculizadas.
La democracia a la que debe aspirar es la acción política en la que la toma de decisiones pueda realizarla la ciudadanía, haciendo prevalecer la voluntad e intereses de la mayoría, respetando el derecho de las minorías, en aquello que se coherente con un proyecto de patria inclusivo, pluralista, diverso y a la vez unitario.
Más estimo que esto es un enunciado utópico, en un sistema extraccionista, consumista, estructuralmente violento, e inequitativo, como el que vivimos.
Pues aún en los llamados países desarrollados estas contradicciones se agudizan y se expresan como inconformidad de los sectores oprimidos, ante la permanente concentración de los recursos económicos en la elite y el deterioro de la calidad de vida de los más. (Movimiento de los Indignados)

Fredy Torres A.
1/07/2011.



[1] Rousseau,  J. J. (2003) El Contrato Social, Principios De Derecho Político, Bogotá: Edit. Progreso.
[2] Constitución Política del Ecuador, (2008) Asamblea Nacional, Montecrísti

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