FRUSTRACIÓN QUE SABE A IMPUNIDAD
Formalmente, en la esfera judicial mediática, se ha llegado al final de las audiencias por el caso de los lamentables sucesos del 30-S, sin embargo a todas y todos las y los ciudadan@s, nos queda una amarga sensación, de frustración ocasionada por la imposición de la impunidad sobre la justicia.
Primero, porque tenemos la extraña esperanza de que no es verdad que el proceso de juzgamiento haya concluido, sino que apenas ha empezado; la mayoría de los culpables, en una suerte de lotería macabra fueron absueltos, en audiencias sobre cargadas de emotividad, preñadas de ligerezas jurídicas; influenciadas por los grupos oligárquicos a través de la presión permanente del poder mediático de los medios de comunicación; al tenor de estos desmedros de la justicia, se desecharon evidencias, testigos y violaron normas jurídicas básicas, satisfaciendo a una prensa corrupta a cuyos representados bien conocemos y al amor propio de jueces descalificados por la opinión pública y que quedan fuera del urgente y necesario reajuste de la función judicial que aprobó el pueblo ecuatoriano en la consulta popular, ejerciendo de esta manera una especie de maquiavélica venganza, absolviendo a los traidores de la patria que sin escrúpulo alguno atentaron contra un poder legítimamente establecido por el sufragio ciudadano, contra las víctimas civiles cuyo máximo delitico fue defender en las calles sus convicciones y el derecho a que se respete su opinión y decisión.
Esta acción temeraria de jueces, políticos de oposición y medios de desinformación, que desde los micrófonos proclamaron la inocencia de los victimarios y la culpabilidad de las víctimas, lamentablemente siembra sórdidos precedentes en la administración de justicia en el Ecuador.
Es de esperar que se ejecute pronto el mandato popular, respecto a la reorganización de la justicia, se retome el caso 30-S y se termine con la impunidad de autores intelectuales, materiales, cómplices y demás conspiradores que hoy gozan de total impunidad.
No puede juzgarse como caso concluido, cuando se sanciona, solo como parapeto, a los actores más débiles de la cruenta jornada, mientras los principales líderes de esta conspiración quedan absueltos a la espera del olvido de la ciudadanía para en las próximas elecciones asomar como candidatos salvadores de la patria.
¡Ya basta!
Únete pueblo y parémosles los pies a la impunidad y prepotencia del poder.
Fredy Torres A.
30/06/2011.
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