Desde este modesto espacio, saludo con euforia la valentía y la persistencia en la lucha por la justicia, la equidad y el derecho humano de las personas a vivir en condiciones de dignidad, en goce de la opción cristina por la justicia en la revolución por valorar adecuadamente a las mujeres y los hombres tanto de Sucumbíos, como del Ecuador Entero.
Su ejemplo Monseñor, ojala siguiera su ejemplo la cúpula eclesiastica, practicando el verdadero cristianismo luchando junto al pueblo de Dios, no a quienes usan su nombre para sentarle a la mesa de los opresores, para manipular la conciencia, y utilizar la iglesia poniéndola al servicios de sus intereses, resguardando sus privilegios y succionar la vida de los desposeídos.
Saludos Monseñor por ese inmenso trabajo silencioso, persistente y sacrificado por construir la organización social desde las bases eclesiástica, de los oprimidos, refugiados, excluidos y olvidados de siempre.
Gracias Monseñor, por hacer honor a su orden calzando a los descalzos física y espiritualmente, mediante el amor y la convicción de la posibilidad de un mundo mejor, de todos y para todos aquí y ahora.
Felicidades por levantar el ayuno, darse un respiro en la lucha,para que recupere fuerzas y continúe luchando por sus ideales que los compartimos tod@s los pobres de este mundo.
Piñas el Oro.
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